VI

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Flashback

"Durante condiciones climáticas extremas un escalador debe poseer la sabiduría para determinar cuándo la evacuación es inevitable. Un descenso controlado en el alpinismo empieza con atarse los machos y anclando la cuerda para escalar en tu enemigo, la montaña..."

Bajamos hacia el comedor para el almuerzo, cada uno se paró frente a su silla pero sin sentarse aún. Segundos después Sir Reginald Hargreeves se colocaba en la misma posición.

— Siéntense.— ordenó y nosotros cumplimos sin pensarlo. Comenzamos a comer sin hablar, Uno y Tres se tiraban miradas entre ellos, Dos tallaba su silla con el cuchillo, Cuatro se armaba un cigarrillo, Seis leía un libro, Cinco miraba a papá, Siete solo observaba que Cinco no hiciera nada raro y yo, jugaba con unas canicas de diferentes materiales logrando así cambiar la piel de mi brazo. Estaba concentrada hasta que escuché a Cinco clavar un cuchillo en la mesa— Número Cinco.

— Tengo una pregunta.

— El conocimiento es un objetivo admirable pero conocen las reglas: no hablan durante las comidas. Están interrumpiendo a Herr Carlson. — los demás seguíamos haciendo nuestras cosas pero mirando a Cinco.

— Quiero viajar en el tiempo.

— No.

— Pero estoy listo.— dijo mientras se paraba— He practicado mis salto espaciales como dijiste.— se teletransportó y apreció a un lado de nuestro padre el cual ni se inmutó.— ¿Ves?

— Un salto espacial es frívola comparado con lo desconocido del viaje en el tiempo: uno es como deslizarse por el hielo, el otro como descender ciegamente a las profundidades de aguas congeladas y reaparecer como una bellota.

— No entiendo.— dijo mi hermano.

— Por eso mismo, no estás listo.— Número Siete y yo negamos cuando Cinco nos miró.

— No tengo miedo.

— Ese no es el problema. Los efectos que podría tener en tu cuerpo, incluso en tu mente, son impredecibles. Te prohíbo seguir hablando sobre esto.— soltó enojado para luego seguir comiendo nuestro padre— ¡Número Cinco!— gritó cuando mi hermano salió corriendo— ¡No puedes retirarte aún! ¡Regresa aquí!— iba a levantar y seguirlo cuando la voz de mi padre me detuvo— No te muevas, Número Ocho.— esa fue la última vez que ví a mi hermano.


                                                                   *      *      *      *      *

— Sobreviví con sobras. Comida enlatada, cucarachas, lo que pudiera encontrar. ¿Y el rumor de que los twinkies nunca caducan? No es cierto.

— No puedo ni imaginarlo.— comentó Vanya.

— Haces lo que sea para sobrevivir. O mueres. Nos adaptamos. Superamos lo que el mundo nos pusiera enfrente.

— ¿"Nos"?— pregunté curiosa.

— ¿Tienes algo más fuerte?— ignoró mi pregunta por segunda vez de con quién estaba. Vanya se levantó y cambió el café por whisky. Ambas lo mirábamos sin comprender del todo— Creen que estoy loco.

— No. Es solo que...es mucho que asimilar.— mi hermana al menos podía hablar. Yo solo podía seguir bebiendo.

— ¿Qué es lo que no entiendes exactamente?

— ¿Por qué no regresaste en el tiempo?— miré a Vanya pensando que su pregunta era estúpida.

— Rayos, cómo no se me ocurrió eso.— dijo Cinco con mucho sarcasmo.— El viaje en el tiempo es aleatorio. Entre al hielo y nunca fui bellota. ¿Crees que no intenté de todo para regresar con mi familia?

Some things Never Change [TUA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora