XII

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— ¡Allison! ¡Espera!— dijo el sujeto levantando sus manos a la altura de su pecho.

— ¡Leonard! Perdón— Allison se acomodó la ropa.— Pensé que eras un...— me miró con desconfianza.— ¿Dónde está Vanya?

— Está en el ensayo.—dijo el tal Leonard— Dejó sus llaves en mi casa anoche. Estaba devolviéndolas. Perdón si las asusté.

— Necesitas más para asustarnos. Pero aún tengo una duda, ¿Por qué estás dentro de su departamento?— pregunté, él hizo una mueca y desvío la mirada.

— Es algo vergonzoso. Tenía que usar el baño.— Allison soltó una risa seca.— Si no les importa que pregunte, ¿Qué hacen ustedes aquí?

— ¿Disculpa?— Número Tres se veía ofendida.

— No es solo...por lo que oí, ayer no querían tener nada que ver con Vanya. Así que solo preguntaba.

— Eso no es de tu incumbencia.— mi hermana respondió a la defensiva.

— Tienes razón. Quizás no. Gustó verte y gusto conocerte. Supongo que...se las llevaré al ensayo.

— ¿Sabes qué?— respondí antes de que mi hermana dijera algo.— Yo se las llevo.— estiré mi mano hacía él, esperando que me entregara las llaves.

— Seguro— colocó las llaves en mi mano.— Lo que sea más fácil, ¿Cierto?—se alejó hacia la puerta con una sonrisa nerviosa— Gustó verlas. —nos dió una mirada incómoda antes de salir y cerrar la puerta.

— Ese tipo es muy raro.- le entregué las llaves a Allison— Volveré a casa a ver si Klaus volvió. Saluda a Vanya de mi parte.

Entré a la casa, parecía que no había nadie. Hasta que escuche a mis hermanos en el piso de arriba. Parecían discutir, nada nuevo.

— Ya no lo puedes ocultar, campeón.—escuche decir a Diego.

— Fue una decisión difícil y la tomó— entré a la habitación y ví a Diego, a Luther y a Pogo. Por lo que deduje estaban hablando de la condición de Luther.

— Madura, Luther. Ya no tenemos 13 años.

— Eso es lo que hacen los líderes.—yo solo observaba la situación sin emitir sonido.

— Te mandó solo a esa misión. Y casi te mueres.

— Al menos estuvo ahí. ¿Dónde estabas tú?—me miró serio. Yo debería haber ido con él a esa misión pero me negué a volver a esa vida. Volvió su vista a Número Dos.— ¿Tú y los demás de está familia? Se marcharon.

— Y gracias a Dios que lo hice o habría terminado como tú.— contestó Diego apuntándolo con un dedo.— Déjame hacerte una pregunta. Cuando ves esos programas de la naturaleza...—

— Diego, por favor.— hablé por primera vez.

— ¿Te excita?

—¿Qué? ¿Él también es un animal para ti, Diego?— preguntó Luther señalado a Pogo. El moreno negó.

— ¡Suficiente!— habló Pogo— Esta casa fue atacada. Apenas salimos vivos. Grace...no tuvo esa suerte.— bajé la mirada ante sus palabras— Su hermano está perdido, ¿Y así es como reaccionan? Lleven sus tonterías a otra parte. Ahora.

— Perdón, Pogo.— habló el grandote.

— Sí. Perdón, Pogo.— mis dos hermanos salieron de la habitación.

— Lo siento, en serio. Ellos no deberían...— Pogo me cortó.

— No, señorita Kendra. Usted no tiene porque disculparse.— hice el intento de sonreírle aunque me salió una mala mueca y salí detrás de mis hermanos.

Some things Never Change [TUA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora