II

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Nos encontrábamos todos en la sala. Luther estaba en un sillón, Diego y Allison estaban sentados en unas sillas, Klaus estaba sirviéndose un trago y Vanya estaba sentada a mi lado en otro sillón frente a Número Uno. La situación era muy incómoda, muchos de nosotros no nos hablábamos entre sí por lo que eso lo hacía peor.
Luther se levantó de su asiento para comenzar a hablar.

— Supongo que deberíamos comenzar. Pensé que podríamos hacer un funeral en el patio, al anochecer. Decir unas palabras en el sitio favorito de papá.

— ¿Papá tenía un sitio favorito?- preguntó Allison.

— Sí, bajo el roble.- le respondí obvia.

— Nos solíamos sentar ahí siempre. ¿Nadie hizo eso?- preguntó para todos excepto para mí. Los demás miraron hacia otro lado.

— ¿Habrá refrigerios? ¿Té? ¿Bizcochos?- preguntó Klaus con un trago en una mano y un cigarrillo en la otra.- Los sandwiches de pepino son lo mejor.

— No. Y apaga eso. Papá no permitía fumar.- mientras Número Uno se quejaba, yo le quitaba el cigarrillo para llevármelo a los labios.

— ¿Esa es mi falda?- preguntó Número Tres exaltada.

— ¿Qué? Ah, sí. La encontré en tu habitación. Esta un poco vieja, pero deja fluir el aire.

— Escucha. Hay cosas importantes que debemos discutir.- miró a Klaus mientras esté se sentaba a mi lado.

— ¿Cómo qué?

— Como el modo en que murió.

— Y aquí vamos.- solté bufando.

— No entiendo. Dijeron que fue un ataque cardíaco.- habló Vanya que no había soltado una frase en lo que llevábamos aquí.

— Sí, de acuerdo al forense.

— ¿No lo sabría?

— En teoría

— ¿En teoría?- preguntó Allison mirando a Luther confundida.

— Solo digo que al menos algo pasó. La última vez que hablé con papá sonó extraño.

— ¡Oh! ¡Quelle surprise!- exclamó Klaus haciendo gárgaras con un bebida.

— ¿Extraño cómo?—pregunté.

— Sonaba nervioso. Dijo que tuviera cuidado en quién confío.

— Luther, él era un viejo paranoico y amargado que estaba comenzando a perder la cordura.- Y aquí empieza una pelea de testosterona.

— No. Él debe haber sabido que algo iba a pasar. Mira, sé que no te gusta hacerlo, pero necesito que hables con papá.- solté una risa leve.

— No puedo solo llamar a papá al más allá y decirle:"Papá, ¿podrías dejar de jugar tenis con Hitler un rato y hacerme caso?".

— ¿Desde cuándo? ¡Es lo tuyo!

— No estoy en el estado mental correcto.

— ¿Estás drogado?- pregunté mirando a Klaus.

— ¡Sí!- soltó una risa- ¿Como no lo están ustedes? Escuchando estos disparates.

— ¡Desintoxícate! Es importante. Y tenemos el problema del monóculo perdido.

— ¿A quién le importa un maldito monóculo?- solté con cansancio.

— Exacto. No vale nada. Así que quien lo tomó, creo que fue personal. Alguien cercano a él. Por rencor.

— ¿Adónde vas con esto?- Klaus hizo una pregunta de la cual todos queríamos la respuesta.

Some things Never Change [TUA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora