Some things Never Change [TUA]

IX

Cinco años atrás

- Mi nombre es Vanya Hargreeves y está es mi historia. Nunca fuimos una familia de verdad. Éramos la creación de nuestro padre. Familia de nombre...pero no en realidad. Al final, luego de la muerte de nuestro hermano Ben, no había nada que nos uniera. Solo éramos extraños viviendo bajo el mismo techo, destinados a estar solos,- leía el libro de mi hermana dentro del camión de bomberos, ese día no había estado nada activo- hambrientos de atención, dañados por nuestra crianza.

— Dios mío. ¿Ella escribió eso?— comentó mi compañero.

— No puedo creer que hiciera eso.— estaba dolida y decepcionada-—Y atormentados por lo que pudo haber sido. Todos queríamos ser amados por un hombre incapaz de dar amor. Nuestro padre nunca perdió la oportunidad de recordarme que era ordinaria. Algo difícil de escuchar para una niña. Si te crían para creer que nada de ti es especial, si el punto de referencia es extraordinario, ¿qué haces si no lo eres?

Hoy

Mientras le mostraba el vídeo a mis hermanos, miraba sus reacciones. Había visto ese vídeo unas cinco veces y aún no podía creerlo. En el vídeo se veía a mamá junto a papá segundos antes de que este falleciera.

— De nuevo.— exigió Luther.

— Lo hemos visto una y otra vez, Luther, es lo mismo cada vez.— hablé cansada mientras él y Allison estaban anonadados.

— ¿Qué está haciendo?— preguntó mirándonos a lo que ambas negamos— El té. ¿Lo envenenó?

— No lo sé.

— ¿Dónde encontraste esto?— me preguntó Tres.

— Veía grabaciones viejas de cuando éramos niños y ví la cinta justo allí.

— Sí, papá debe haber comenzado a usar el sistema de seguridad. Se estaba volviendo más paranoico. Pensaba que había gente tras de él. Bueno... Supongo que quizás tenía razón.

— ¿Pero mamá?— preguntó Alli— Ella no es capaz de...— no exclamó nada más y en cierto punto la entendía— ¿O sí?

Mientras nos debatíamos que hacer fuimos a la cocina donde se encontraba mamá. Ella cocinaba a la vez que nosotros la mirábamos y también a nosotros mismos.

— ¿Mamá?— comenzó Luther.

— Debemos preguntarte sobre la noche en la que murió papá. ¿Recuerdas algo?— agregué yo. Se giró hacia nosotros y contestó casi forzadamente.

— Claro. Atardecer, 7:33 p.m. La luna estaba en cuarto creciente, la cena fue gallina, arroz y zanahorias.

— No... Más tarde esa noche.— la interrumpió Luther— En su habitación. ¿Fuiste a verlo?

— No recuerdo.— se dió la vuelta para seguir cocinando pero no nos convencía su respuesta. Uno y Tres tenían una discusión de miradas por quién diría lo siguiente.

— ¿Alguna vez estuviste...no sé...enojada con papá?— al parecer Allison perdió. Mamá la ignoró y siguió con su atención en los huevos.

— Su padre fue un buen hombre.— contestó segundos después— Fue muy bueno conmigo.

— Sí, pero al irnos, debe haber sido difícil.

— Había días... Ustedes me tenían tan ocupada y luego...

— ¿Qué?— pregunté. Ella solo sonrió.

— ¿Que ibas a decir?— cuestionó Tres.

— ¡Los huevos están listos!— nos miramos rendidos ante el tema sobre mamá— El desayuno es la comida más importante del día. Ahora coman. Los tres.