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Akane

Caminamos en silencio por los pasillos de la Academia. Lo único que de escuchaba era el frio viento soplando con fuerza y nuestras pisadas.

Akane: No seas muy duro con ellos, no es su culpa, fue mi-

Kaname: Agradezco tu preocupación pero no es de tu incumbencia lo que suceda con ellos. Serán castigados severamente. Es lo que correcto.

Miré de costado suspirando decepcionada. Al menos lo intenté.

Kaname: No te preocupes, vivirán.

Reí suave ante su comentario lo cual este largó una suave y casi inaudible risita.

Akane: Gracias -El de pelos rojizos solo optó por mirarme y asentir levemente.-. Bien, hasta aquí puedo caminar sola.

Este negó y se detuvo frente a mi mirandome con dulzura.

Kaname: No podria permitir que andes sola a estas horas y tampoco me lo perdonaría, Akane -Con su mano derecha acomodó mi pelo detrás de mi oreja, sin despegar sus ojos de mí-. Eres muy delicada.

Su mano ahora se posó en mi mejilla, el tacto frío me resultó placentero ante mis mejillas algo calientes debido a la vergüenza.

Akane: Kuran. No soy delicada.

En sus labios noté como aparecia una sonrisa.

Nunca había visto esta mirada en él.

Era como relajada, feliz y calmada junto con ternura.

Kaname: Tienes razón. No eres delicada, disculpa mi atrevimiento, Akane Cross.

Quitó su mano lentamente y despegó su mirada de mi, para empezar a caminar hacia mi cuarto.

Me quedé inmovil unos segundos algo acalorada y pensativa por sus acciones y el trato que tuvo conmigo segundos antes.

Moví mi cabeza de un lado a otro rápidamente tratando de dispersas mis ideas.

Me apresuré a seguirle el paso al purasangre.

Kaname: Fue muy torpe de tu parte entregarnos tan fácilmente tu sangre -declaró sin despegar su vista de enfrente-.

Akane: No lo creo. Quise agradecerles y fue el único modo que se me ocurrió, aparte como se que tengo una "sangre especial" vi que fue oportunidad perfecta.

Kaname: Pero es adictiva. Y peligrosa. Hoy lo comprobaste.

Akane: Tal vez si-

Kaname: No. Si no hubiera estado allí hubieras, probablemente, muerto. Agradece que tengo mucha fuerza de voluntad y no caí en tentación como todos ellos.

Akane: Por eso confío en ti, aunque hayas matado a Shizuka, igual lo hago. Se que estarás para ayudarme al igual que lo haces con Yuki siempre.

Silencio fue lo único que obtuve de él. Lo miré de reojo y su mirada se habia endurecido.

Akane: Claro que se que no estaras para mi, es decir. Puedo cuidarme sola y tambien tengo a Zero a mi lad-

Kaname: Ten cuidado, Akane. Zero podria ser peligroso si no sabe controlarse.

Akane: No lo creo. Lo conozco muy bien y si llegara a pasar eso algun día, yo estaré a su lado. Protegiendolo y apoyandolo.

Kaname: Ojalá lo hicieras por mi también...

Akane: ¿Qué? No te escuché. Hablaste muy bajo, casi en un susurro.

Kaname: Descuida -me sonrió-. No era nada importante.

Akane: Mmm si tu dices...

Kaname: Vi que tienes un buen manejo de la Artemis.

Me sorprende bastante que el purasangre tenga tantas ansias de hablar.

Akane: Oh, sí. Estuve practicando, es decir, aún sigo pero tengo un poco más de manejo. En cualquier momento me vuelvo toda una profesional.

Kaname: Eso tenlo por seguro. Espero que te vuelvas una experta antes de que los hermanos Touch regresen por ti.

Akane: Que vuelvan cuando quieran, los asesinaré ahora, mañana, o incluso dormida.

Kaname: Cuanta confianza...Bien. es aquí, ¿Cierto?

Asentí dando media vuelta quedando frente a él.

Akane: Gracias. Otra vez.

Kaname: No es nada.

Sonreí sincera en forma de agradecimiento, di media vuelta abriendo la puerta para entrar a mi habitación.

Kaname

Querida Akane...¿Por que eres tan despistada?

Tendré que cuidarte mucho más de lo que ya lo hacía.

Mucho más que Yuuki.

La Hija de Cross || Vampire Knight Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora