La Hija de Cross || Vampire Knight Y Tu

38

Akane

Tch. Maldito Zero en cuanto lo vea juro que-

Un silbido me quitó  de mis pensamientos,  más bien interrumpió las quejas que hacia.

Akane: ¡¿A quién le silba tú?! ¡Hazlo si tienes huevos! ¡Vamos! -este sonrío  nervioso y levantó  levemente  sus manos negando- ¡Eso creí! Patán.

Mis tacones resonaban por los pasillos y recibía demasiadas miradas en mí,  especialmente  de los hombres y, como habrán notado, me silban y hacen comentarios no apto para menos de 17 años.

Todo por este estupido vestido pero hermoso, que Zero me había dado.

Era corto y dejaba varias parte a la vista sin omitir que era ajustado a mi cuerpo y resaltaba demasiado.

Realmente  amaba el vestido, solo me molestaba el hecho de que Zero, el maldito ese me regaló  este vestido a propósito. Hace unos días había dicho que casi nunca ve nada en mí  y no lo había entendido hasta hoy y claramente,  no quería ponermelo pero se llevó  ¡Toda mi maldita ropa!

Me la jugó  bastante bien, pero...

Dejé  de caminar molesta y disminui el paso hasta quedarme quita.

Bien. Le sacaré provecho a esto. Juguemos,  Kiryuu.

Abrí  las grandes puertas y entré, el rechino de estas llamó la atención de todos.

¿Quien fue el idiota que cerró  las puertas?

Me acomodé el pedazo de tela que tenía en mi brazo derecho demostrando que soy guardiana. Y seguí  caminando.

Murmullos.

Eso era todo lo que escuchaba.

Distingui la cabellera plateada junto con su traje rojo y me acerqué a paso furioso, cuando estuve cerca de él lo voltee bruscamente.
Su mirada primero fue de confusión,  luego me inspeccionó  de arriba a abajo y sonrió  travieso.

Zero: Vaya...Si que tenía razón.

Akane: ¿Razón? Te voy a matar.

Zero: Vamos, Akane. Si te queda sensación,  mira todas las miradas que tienes puestas en ti. Pensándolo bien...Fue mala idea, quitátatelo vamos, me molesta.

Negué.

Akane: Nop. Tú  querías que usara este vestido, ¿Cierto?

Zero: Sí.  Pero no pensé  que tantos chicos te iban a mirar, me molesta demasiado.

Akane: Mal por ti. Pienso usarlo toda la noche, aparte...Es cómodo para correr porque deja ver mis piernas  y poder moverlas con facilidad. ¡Gracias,  Zero!

Me alejé  de él sonriente ante  su enfado.

Kaname: Vaya...Quien diría ver la hija de Cross con un vestido...Así.

Me giré  y vi a este mirándome atentamente.

Akane: Es lindo. Y es cómodo para correr por si ocurre algo, ya sabes cual es mi trabajo -le mostré  mi brazo derecho-.

Este asintió.

Kaname: Te queda demasiado bien. Aunque es algo molesto las miradas de todos ellos.

Miré  a mi alrededor  y la mayoría de los muchachos tenían su mirada coqueta y deseosa puesta en mi.

Me encogi de hombros.

Una melodía empezó a sonar.

Kaname: ¿Le gustaría hacerme el honor se bailar conmigo?

Acepté  su mano con gusto y empezamos a bailar.

Su mano bajó  y apretó un poco más el agarré en mi cintura casi llegando a mi trasero. Lo miré  sorprendida.

Kaname: Lo siento. Pero con este vestido no puedo resistirme.

Reí.

Kaname: Oh, veo que lo llevas puesto.

Akane: Así es. Pensé que quedaría bien con este vestido y así fue. Gracias por regalarme este collar hoy, es hermoso.

La caja que Kaname me había entregado  era un delicado collar con un piedra pequeña color roja, casi del color de la sangre y obscura como dije.

Kaname: ¿Extrañas a Yuki?

Su pregunta me tomó  por sorpresa.

Akane: Claro que sí.  Estuvo algo alejada pero...Supongo que es por su bien, ¿No?

Asintió  serio.

Kaname: Lo es. Estaba en peligro aquí, la mandé  lejos con unos conocidos  de la familia de mucha confianza, esta en buenas manos. Tranquila.

Akane: ¿Lo prometes?

Kuran posó  su mano en mi mejilla y su rostro se acercó al mío, me sonrió  honesto.

Kaname: Nunca te mentiría, Akane. Es mejor así.

Sonreí  leve. Este se alejó lentamente.

Kaname: Que dejes tu cuello a la vista y tanta piel es un descuido y tentación total, Akane.

Akane: Tengo que divertirme de vez en cuando, ¿No crees?

Sus ojos me miraban tratando de descifrarme.

Akane: Ni lo intentes, hoy...Pienso sacar provecho de esto.

Reí  traviesa.

•••
¡Hola y adiós!
¿Que tal su 14 de febrero?
¡Recuerden que por este día haré  una especie de maratón  (solo hasta que termine el baile)!
De nada ahre