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*Steve*

Aunque estuviera todavía adormilado, pude notar perfectamente el peso encima mía. Intentaba deshacerme de él moviéndome suavemente, pero no daba resultado.

Al hartarme abrí los ojos bufando y miré lo que me oprimía el pecho. Pero al ver el causante de mi ahogo no pude evitar sonreír tiernamente.

Tenía a Bucky casi completamente encima mía. Con su pierna derecha encima de las mías y su brazo también derecho rodeando todo mi abdomen. Por último, su cabeza en mi pecho. Con la boca entre abierta respirando por ella provocando unos ronquiditos muy tiernos. A parte de la babita que salía entre la comisura de sus labios manchando levemente mi camiseta.

Lejos de parecerme asqueroso o desagradable, me pareció la imagen más adorable que hayan podido captar mis ojos.

Esta imagen era única para mí ya que en muy contadas ocasiones podía llegar a ver a Bucky dormir. Cuando vivíamos en Brooklyn él solía despertarse mucho más temprano que yo para ir a trabajar, total yo no podía porque estaba enfermó. Aunque siempre dormíamos juntos, jamás llegue a verlo dormido antes que a mí.

Por el simple hecho de que, para ojos de Bucky, era muy débil. En cualquier momento me podría dar algo y morir. Por ello el dormir juntos, me enfermaba con facilidad y en las noches hacía mucho frío. Él me podría brindar todo el calor posible para que no me pasará nada.

Al verlo de esta manera tan vulnerable. Me di cuenta que ahora era mí momento de cuidarlo, mimarlo y darle todo el amor posible.

No pude evitar rodear su cuerpo con mis brazos y hundir mí nariz en su largo pelo para aspirar su olor y de paso darle un suave beso en la coronilla.

Con ese suave y sencillo beso me prometí jamás volver a dejarlo ir. Nadie se volverá a interponer entre nosotros. Haré lo que sea para que eso no pase.

Noté como el cuerpo encima mía se movía suavemente intentando estirarse y restregando su cabeza de un lado a otro en mi camiseta. A parte de los suaves gemidos que daba.

Entonces subió su cabeza con los ojos medio abiertos y miró a su alrededor, como si intentará descubrir en donde estaba. Con su pelo despeinado completamente, una parte de su cara roja y con la marca de las costura de mi camiseta en ella, me di cuenta que esa fue la imagen de Bucky que necesitaba ver a diario.

No pude evitar reírme entre dientes. Llevé mi mano hasta su cara para acunar la mejilla. Él se dejó hacer e incluso se relajó más de lo que ya estaba. Acerqué mi cara a la suya y besé la mejilla contraria a dónde estaba mi mano.

- Buenos días.- dije en su oído.

- Buenos días.- contesto él con un tono de voz un poco ronco.

Lo vi restregando su ojo con su mano y después bostezaba. Y después me miraba con sus orbes un tonto llorosos y rojos.

- Joder Bucky eres perfecto.- solté sin más para verlo sonreír.

- Lo se.- entonces creo que se dio cuenta que estaba encima mía.- Hostia, perdón.

Noté como intento quitarse de encima, pero no le dejé. Lo rodeé con mis brazos e incluso lo puse completamente encima.

- No me molesta que estés así, me encanta.

- Pero... peso...- respondió él en voz baja y con una notable vergüenza.

- Para otros sí, para mí no.

Y así es como acerqué mi cara a la suya y le besé muy cerca de la comisura de los labios. Y me separé de él.

Cuando las cartas importaban/Stucky || #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora