Cuando las cartas importaban/Stucky || #Wattys2020

22

*Steve*

5 años después.

Salí del edificio en donde me encontraba para dirigirme directamente a la base. Aunque ese no fuese mi objetivo principal.

Necesitaba ver si Nat estaba bien.

Estos años lo está pasando muy mal debido que no se encontró ningún mínimo rastro de Barton. Se había ido también.

Intentaba ir a diario desde hace dos años. Desde que Clint se dio por muerto. Y yo sigo sin saber que pasó en Budapest.

Entre al complejo silenciosamente, no quería interrumpir la conversación que tenía Natasha con alguien. Me dirigí a la sala y la vi desde la puerta.

Estaba de espaldas a mi, mientras hablaba con cuatro pantallas holográficas diferentes.
En una se encontraba Okoye, la Dora Milaje del rey wakandiano. Esta también estaba muy tocada por la muerte de su gobernante, y más que eso, amigo.
En otra estaba Rhodes, este se veía medianamente tranquilo. Aún no se quería rendir en la búsqueda de Clint.
En la siguiente se proyectaban Nebular con Rocket, uno al lado del otro. Después de saber lo que le ocurrió a su familia, no podían quedarse aquí por mucho tiempo. Necesitaban estar lejos, estar despejando su mente. Y que mejor manera que viajar por el inmenso espacio.
Y en la última, Carol. Esta fue la chica que salvó a Tony y a Nebular de morir en la nave que vagaba por el universo. Había cambiado un poco su apariencia desde que vino por primera vez. Su larga melena rubia, se convirtió en un rasurado brillante. Danvers venía muy de vez en cuando, pero habíamos hecho muy buenas migas.

Carol fue la única que se dio cuenta de mi presencia. Me miró de reojo, sonrió landinamente y guiño su ojo derecho sin apartar la vista de mí.
También le contesté con una sonrisa.

Esperé hasta que terminara la transmisión para ir hacia Natasha, está vez con paso firme para que se de cuenta de que estoy aquí. Y efectivamente, lo hizo.

Se giró para verme entrar y esbozar una sonrisa en su rostro notablemente triste. Se nota la depresión en sus ojos.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó ella, girando a coger un sándwich.

- Solo vengo a visitar a una amiga.

- Pues creo que te equivocaste de piso.

- Natasha...- dije el nombre de la ahora pelirroja como si fuera un suspiro.

- Déjalo Steve, por favor.

- ¿Sabes?, A todos les digo que tienen que olvidar y pasar de página,- dije mientras me sentaba en la silla.- cuando es obvio que nosotros no lo hacemos.

Para ese momento, cuando vi la cara de la mujer que estaba sentada frente a mí, ya tenía lágrimas corriendo por sus mejillas.

- Lo teníamos muy cerca...- dijo ella con la voz rota.

- Pero no siempre podemos conseguir lo que queremos. En cierto modo me lo esperaba, no siempre podremos ganar. Y ha ocurrido.

Hubo un muy profundo silencio en donde de vez en cuando solo se escuchaban los sollozos de ella. Yo no me moví de la silla.

Yo sabía que cuando Natasha tenía estos momentos, para ella íntimos que solo dejaba ver a muy pocas personas, no era bueno interrumpirla diciendo tonterías como "todo está bien, se va a mejorar". No. Simplemente dejarla estar.

Todo esto se interrumpió cuando escuchamos una voz en una de las pantallas proyectadas. Una voz que no esperábamos. ¿Scott?

Me giré para ver la pantalla y efectivamente ahí estaba el hombre hormiga, pidiéndonos permiso para entrar.