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*Steve*

- Por lo que le cuentas, Bucky fue un gran hombre, ¿verdad?- preguntó Scott mientras hablabamos estando sentados en una de las bancas del exterior de la base.

- Lo fue. Fue un muy buen hombre. Aunque algo tacaño, torpe, gruñón, desobediente, estúpido, fisgón pero  sobretodo distraído en algunos aspectos.

- ¿En qué aspectos?

- Una vez le dije que limpiará el baño con amoniaco, él entendió demoníaco. A los pocos minutos me encontré a un Bucky intentando hacer un ritual satánico.

Vi como Lang estallaba en risas y yo junto a él.

Me encantaba hablar de Bucky con tanta felicidad, sin sentir ese vacío. Ya no me dolía recordarlo, todo lo contrario. Eso no cambia que lo eche de menos cada día de mi vida.

- Bua, ojalá lo hubiera conocido mejor.

- Lo quería mucho, bueno y lo digo haciendo.

- No sé si sonara algo personal si te hago esta pregunta pero, ¿erais pareja? No tienes que responder sino quieres, lo entenderé.

- Tranquilo Scott, no eres el único. Si me pagarán por cada vez que me lo preguntarán sería millonario. Pero respondiendo, sí que lo eramos. Y aunque ahora no esté, sigo pensando que aún lo somos.

- Eso es muy bonito.

- ¿Tú crees?

- Por supuesto, yo también perdí a unas personas muy importantes para mí.

- Todos hemos perdido a alguien con esto. Por lo menos, tu hija está bien.

- Menos mal, no sé que hubiera hecho.

En ese momento no supe que contestar. Tuve la necesidad de cambiar de tema, ya que se hacía cada vez más depresivo.

Miré a mi alrededor para poder ver de qué podría hablar. Hasta que vi a Natasha junto a Clint.

Finalmente pudimos encontrar rastro de él y traerlo de vuelta.

- Se ven felices.- dije yo refiriéndome a ellos.

- Sí, me alegro mucho la verdad.

Otra vez silencio.

Este se cortó por la puerta abriéndose de la base, ahí entraron la pareja de espías para encontrarse con Bruce.

- Sabes, una vez fuera de misión a Budapest. Nadie sabe que ocurrió ahí.

- ¿Nadie?

- Nadie...

- Gracias por darme la curiosidad y no saciarla.

- De nada joven.

- Me pone que hables así...

- ¿Qué?

- Que me pondré a trabajar con Bruce. Un placer hablar con usted capitán.

Después de decir eso, se levantó y se fue a prisa corriendo al interior del edificio, sin dejarme terminar y con grandes dudas existenciales en la cabeza.

Yo en cambio, me quedé sentado mirando la naturaleza que había alrededor ya que la base de encontraba metido en un claro de un pequeño bosque. Así intentando disimular en vano su localización.

Un sonido de neumáticos derrapando en el pavimento me estalló en los oídos. Así, de la nada, me encontré con un coche de lujo frente a mí.

Tony.

Me levanté de la banca para saludar al nuevo invitado a las instalaciones.

- Llegas tarde Stark.

- Pero llegué.

Yo rodé los ojos y seguí al Stark dentro de la base. Una vez dentro, nos dirigimos al laboratorio.

Banner, convertido en Hulk, junto a Scott y a Rocket terminando el gran portal hacia la dimensión cuántica.

Rhodes y Nebular a uno de los lados de los científicos.

Mientras Clint y Nat, no se separaban.

Cuando notaron la presencia de Tony en la sala, enseguida, Bruce se acercó a él junto a Rhodes para saludarle y darle la bienvenida. En otro momento, el grandullón de color verde se llevó a Tony para ponerlo al día de todo el proyecto.

A los siguientes días comenzamos las primeras pruebas viajando a través de la dimensión cuántica y volver. El conejillo de indias: yo.

- ¿Estás listo Steve?- preguntó Tony mientras activaba varios aparatos.

Mi única contestación fue levantar el pulgar en el aire y un pequeño asentimiento como afirmación.

Enseguida Banner, Stark y Lang empezaron a pulsar un montón de botones y activar palanquitas para que todo comenzará a funcionar.

Yo mientras preparaba un poco mi mente cuando automáticamente el casco de mi traje se cerró.

¿Donde iré?

¿Podré regresar?

¿De verdad viajaré en el tiempo?

Millones de preguntas de ese estilo atravesaron mi mente en menos de medio minuto, algo que hizo que me mareara levemente. Suspiré para darme cuenta que no era para tanto y que realmente tenía que hacerlo. Por todos los caídos.

Por Bucky.

Escuché la cuenta atrás, desde el diez hasta el cero. Entonces pasó.

Comencé a hacerme cada vez más pequeño, mi cuerpo se daba cuenta pero yo no lo notaba.

Colores rojizos y anaranjados atravesaban mis pupilas, mientras yo pasaba por túneles cuánticos hacia algún lugar sin un objetivo puesto.

Hasta que llegue a algún lado.

Colinas, bosques, césped... una casa.

Wakanda.

Mi hogar.

¿Había viajado solo en el espacio o también en el tiempo?

Solo había una forma de comprobarlo.

Después de asimilar el viaje y recuperarme levemente del shock de lo ocurrido, me adentre en la casa.

Al simplemente al abrir la puerta me inundó una sensación de nostalgia profunda. Recuerdos corrían por mi mente sin un orden coherente.

- ¿Steve? ¿Eres tú?

Mi cuerpo se paralizó al escuchar esa voz.

Bucky.

Mi Bucky.

La voz provenía del final del pasillo, mientras unos pasos se oían viniendo en mi dirección.

Es momento de volver señor Rogers.

La IA hablo pero yo me negué rotundamente a escucharla.

Necesitaba verlo, aunque sea por última vez. No hacía falta nada más, solo un último vistazo a ese sedoso pelo moreno o esos ojos redondos oscuros.

La insistencia de la inteligencia artificial me comenzó a dar un dolor de cabeza tremendo.

Pero conseguí simplemente ignorarla y acelerar mis zancadas hasta la esquina del pasillo.

Antes de girar en la esquina, el traje funcionó por si solo. Coloco de nuevo el casco en mi cabeza y enseguida comenzó el viaje de vuelta.

Mi única oportunidad de volverlo a ver, desperdiciada.

Cuando las cartas importaban/Stucky || #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora