Cuando las cartas importaban/Stucky || #Wattys2020

24

*Steve*

No sabía como, pero al día siguiente me desperté en mi cama con Carol a mi lado. A ver, saber si que sabía porque ella estaba a mi lado durmiendo plácidamente. Pero la verdad es que no quería admitirlo.

Me senté en la cama, por primera vez sin dolor en la cadera después de haberlo hecho con alguien.

Giré mi cabeza hacia la chica y se veía tan tranquila.

¿Realmente quise hacerlo?

Se podía decir que sí. Total esto fue totalmente voluntario por parte de los dos.

¿Me sentía bien de haberlo hecho?

No, no me sentía agusto. El vacío sigue ahí y no hay nada que pueda volver a llenarlo, solo Bucky podía llenarlo.

¿Me arrepentía de haberlo hecho?

No, tampoco. Esto me ha hecho darme cuenta que realmente amo a Bucky y es muy probable que jamás deje de hacerlo aunque me duela.

¿Me sentía extraño?

Totalmente. Jamás lo había hecho con una mujer y creo que esa sensación se debe a que normalmente soy yo el que recibe y no la otra persona. Y obviamente el simple hecho de que Carol no es James, no fue lo mismo.

¿Me siento infiel?

En toda su totalidad. Y eso que hace unos días me daba asco el mirar a otra persona de una manera sexual.

¿Tenía ganas de suicidarme?

Inmensas, se queda corto.

Ahora mismo me quería ahorcar saltando desde el balcón, mientras me disparaba en la cabeza y me prendía fuego.

Pero bueno, de todo se puede sacar algo bueno.

Sigo amando a Bucky con todo mi alma, sigo sin poder superarlo y sigo con esta depresión que me durará probablemente, toda la vida.

¡Genial!

Volví a mirar a la chica que tenía tumbada a mi lado. No había cambiado de posición en todo el momento que yo llevaba despierto.

¿Se habrá aprovechado de mi debilidad para conseguir esto?

No creo... ¿o sí?

A ver, si hubiera querido solo sexo supongo que lo hubiera querido también antes. Aunque ella es muy inteligente, ¿y si lo ha planeado?

Meneé la cabeza de un lado a otra para intentar alejar todos esos pensamientos. No quiero pensar eso de ella.

De todas formas, ahora mismo ni de mis pensamientos me puedo fiar.

¿Y si todo lo que pasó a noche fue un sueño y simplemente ella se quedó para consolarme?

Con la mayor lentitud del mundo levanté la sábana lo suficiente para poder contemplar nuestros dos cuerpos desnudos.

No, no fue un sueño.

Suspiré ahora resignado.

Me sentía mucho peor que antes.

Miré de un lado a otro buscando mi teléfono móvil, ¿¡DONDE ESTA!?
Vale, en la mesita de noche.

Alargue mi mano hacia el para cogerlo e instantáneamente desbloquearlo con la huella dactilar.

Pude ver millones de notificaciones, todo mensajes de Natasha.
Preguntandome como estoy, donde estoy, si estoy bien, mal, etc.

Yo simplemente respondí con un: "sí Natasha, ahora estoy mejor que ayer".