Tres - La historia de una violación

5.1K 273 320
                                    

Gimnasia ni de lejos era la materia favorita de Millie, pero al menos la compartía con Sadie y Noah.

-Dice Maddie que hoy quiere quedar- Le dijo la ojimiel a la pelirroja mientras terminaba de hacer los diez abdominales que había que hacer en pareja.

-¿No estaba castigada?- Le preguntó Sadie mientras le ayudaba a levantarse.

-Ya no.-

- Joder es una pena que no vaya a nuestro insti.- Dijo la de ojos azules mientras esta vez ella hacía los abdominales, pero a mitad del trabajo, se echó en el suelo suspirando- ¡No puedo maaas!- Dijo haciendo un puchero. Millie se cruzó de brazos.

-Ahora te traigo agua.- Dijo mientras caminaba hacia los bancos donde había una pequeña botella de agua.

Pero de repente un dolor agudo se hizo presente en su cara haciéndole caer al suelo. Sadie se alertó al ver como una pelota de fútbol le daba justo en la cara a Millie, esta callo de espalda al suelo. Todos los presentes se acercaron a ver como estaba y los de la pelota pidieron perdón.

La profesora de gimnasia junto con Noah le acompañó a la enfermería.

La dejó sentada en una camilla que habia en la habitación, Noah se sentó a su lado, justo al lado en un sillón había un chico sosteniendo hielo en su rodilla.

-Ahora vendrá el enfermero.- Dijo la profesora y seguidamente se fue. Noah observó a la castaña.

-¿Te sientes mejor?-

Millie sentía que la cara le ardía como el infierno pero a la vez no la sentía y sus ojos estaban medio rojos.

- Si, no es nada.- Dijo sonriendo.

El enfermero entró dirigiéndose al chico.

-Ya te puedes quitar el hielo, se ha desinchado el golpe, ya puedes ir a clase-

El niño se levantó y dando una última mirada a Millie y a Noah salió de la enfermería.

-¿Bien señorita, que te ha pasado?-

-Un balonazo en la cara- Dijo ella restregandose el ojo.

-Vaya, suele pasar.-

El enfermero cogió una bolsa de hielo y se la colocó en la cara a Millie, hizo que se tumbara y le dijo que se relajara mientras él ordenaba unos papeles.

-Ey chaval, puedes irte, yo me ocuparé de ella.- Le dijo el enfermero a Noah quien estaba parado al lado de la camilla.

- Creo que... Prefiero quedarme.- Dijo Noah, quería asegurarse de que su amiga estaría bien. El enfermero le lanzó una cálida sonrisa.

-No te preocupes por ella, se pondrá bien, ve a clases.-

-Pero...-

-Venga ve.- Insistió el enfermero.

Noah, convencido, dió un último ánimo a su amiga y se marchó cerrando la puerta tras de sí.

Millie escuchó como el enfermero se sentaba en la silla del escritorio.

Se quedó pensando, ahí acostada, con la bolsa de hielo tapándole la cara incluidos los ojos, pensando en que últimamente estaba teniendo mucha mala suerte, la ruptura con Zack, los bajones emocionales que le daban de repente, haciendo que llorara por las noches, se empezaba a sentir un poco fea y gorda, bueno, pero al menos tenia a sus amigos.

Salió de su trance cuando escuchó un extraño ruido, algo escurridizo moviéndose, como si jalaran algo de arriba a abajo... Se fijó mas en el sonido y empezó a escuchar por lo muy bajo gemidos masculinos, Millie empezó a asustarse, pero se convenció de que era su imaginación.Y de repente los pelos se le erizaron cuando escuchó claramente un gemido ronco -una corrida-, Millie sabía perfectamente que estaba pasando, y se quedó estática. Después de ese gran gemido hubo unos minutos de silencio. Ahí fue cuando escuchó como el enfermero se levantaba de la silla y se dirigía a la camilla, Millie estaba muerta de miedo ¿Que debía hacer? ¿Gritar? ¿Salir corriendo? ¿No hacer nada y esperar que no le haga nada?

Su cerebro dejó de funcionar cuando sintió como el hombre le acariciaba levemente el brazo que estaba pegado al tronco, después fue bajando hasta llegar a la mano, hasta llegar al final de la mano, los dedos, y después siguió bajando para tocar suavemente su cadera junto a su pierna.

Ahí fue cuando despertó completamente de su trance y de un tirón se quitó la bolsa de hielo de la cara, mirando fijamente al enfermero, este parecía sorprendido, Millie miró hacia abajo y el cierre de su pantalón estaba abierto, Millie casi grita al ver el miembro erecto que salía de ahí sujetado por una mano, pero el enfermero le tapó rápidamente la boca sujetando sus brazos. Por los ojos de Millie salían lágrimas cristalinas, cuando el enfermero habló:

-Vas a escuchar bien lo que te voy a decir-

[...]

-Adiós pequeña, no te vuelvas a hacer una avería así- Le dijo el enfermero a Millie mientras ella caminaba por el pasillo recién salida de la enfermería. Entró al baño aguantando el inmenso dolor que sentía en medio de las piernas, entró a un cubículo y se sentó en la tapa del inodoro. Puso sus manos en sus partes intentando apaciguar el dolor.

Se sentía sucia, muy sucia.

Se arrodilló enfrente del inodoro abriendo la tapa. Tenía unas ganas inmensas de vomitar, al menos ahora habia una razón un poco mas razonable para hacerlo.

"Tu y yo vamos ha hacer cosas, y quiero que todo lo que suceda en esta habitación no salga, ¿Estás escuchando? Si le dices a alguien lo que pasó aquí cuando salga de la cárcel te lo haré mil veces mas y mas fuerte, a ti y a tu familia,"

 BAD   LIFE   ► Millie Bobby Brown ◄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora