Veintiocho - Mi bebé

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En medio del relajante baño la castaña cogió el teléfono para ver las redes sociales. Hace tiempo que no se conectaba.

"¿Millie está bien?"

"¿Le habrá pasado algo?"

"Que se recupere pronto."

Leía en la pantalla, al menos sus fans seguían ahí. También vio comentarios como los de siempre, pero a esas alturas ya nada podía empeorar.

Salió de la bañera y después de secarse se puso su bañador, hoy había una excursión a una piscina natural, vaya.

Al terminar de ponerse la ropa pensó en como tapar las cortadas de la muñeca con el bañador puesto, en un principio se replanteó no ir, pero se le acababan las excusas y sería preocupar demás a Sadie, ya que estaba segura de que los demás no la querían ver.

Miró a unas niñas del orfanato intercambiar pulseras. Que oportuno.

[...]

El autobús olía a polvo y excremento, y el olfato de Millie era muy sensible, sintió asco.
Sentada en su asiento, sola, ya que Sadie había preferido sentarse con Finn, miró su tripa, estaba un poco hinchada, enseguida supo que era el bebé, se sentía confusa pero feliz, aunque no sabría cómo cuidar a un niño en un orfanato, lo peor era cuando la panza se empiece a notar, no sabía cómo se lo diría a los demás.

Entonces cuando estaba embobada tocando y mirándose la panza, sintió un peso en la silla de al lado. Miró y se encontró a Jack.

-¡Hey! Bueno Jaeden me ha dejado por Noah, heh, y bueno te he visto aquí sola y me he dicho ¿Porqué no?- Dijo él animadamente, Millie ni siquiera de esforzó en darle una sonrisa aunque por dentro lo deseara con todas sus fuerzas, simplemente emitió un ruido de entendimiento.

-Bonitas pulseras.- Dijo al ver su muñeca.

-Gracias.- Hubo un silencio un poco incómodo después de eso.

-Bueno ¿Y que tal?- Preguntó.

-Bien, un poco mareada supongo.- Dijo la castaña mirando a otro lado, debía admitir que Jack desde la primera vez que lo vio sintió que ya lo conocía, o algo así, no es que le gustara, o puede que sí, solo le parecía atractivo, o puede que no, quien sabe, en la cabeza de esa chica habían muchas cosas.

-¿Quieres que te traiga una bolsa por si acaso? Ya sabes para- Dijo y a continuación hizo un gesto de estar vomitando.

"Si tú supieras" pensó la chica en sus adentros, pero obviamente no lo dijo en alto.

- No gracias, estoy bien.-

-¿Segura? Si tú lo dices, pero si necesitas algo me lo puedes pedir, soy un caballero después de todo.- Dijo él con el ego por las nubes. Por primera vez el mucho tiempo a Millie se le escapó una sonrisa, era una sonrisa tranquila acompañada con un suspiro soñador. Jack la miró bien.

- Estás mejor cuando sonríes, te ves muy mona ¿Porqué no lo haces más a menudo?- Preguntó él, un pequeñisimo rubor salió en sus mejillas mientras se cruzaba de brazos. ¿Hacia cuánto que no se sonrojaba por un chico? Jack le sonrió.

Y todo el camino siguío así, Millie se sentía cómoda, Jack le hacía sentir a gusto, incluso más de lo que alguna vez le hizo sentir Finn.

Al llegar miró bien la piscina, una al aire libre, las rocas la rodeaban, era grande y espaciosa, con agua cristalina que daban ganas de bañarse en ella.

Cuando todos estaban listos, se metieron disfrutando de la frescura del agua, Millie se quedó en un rincón apoyada una piedra, viendo a los demás divertirse mientras se masajeaba el estómago, le dolía, como siempre, pero esta vez era como si algo quisiera salir de ahí.

Sadie se le acercó junto a Jack.

-Millie, ven a jugar con nosotros.- Le dijo Sadie mientras le jalaba del brazo, Millie se negaba con la cabeza.

-Estoy cansada.-

-¡Vamos Millie!- Le gritó esta vez Jack.

Pero de un momento Millie sintió un horrible dolor en el estómago, más bien en los ovarios, haciendo que apoyara su espalda en la piedra que había detrás. Sadie de un momento a otro también cambió su expresión al ver a Millie en ese estado, y aún más cuando debajo de ella comenzó a salir un líquido rojizo haciendo que la pelirroja gritara alarmando a todos los demás.

Todos corrieron alejándose de Millie y subiendo a la orilla. Millie parecía estar en un trance, con la espalda apoyada en la piedra y la mirada perdida. La sangre debajo de ella se esparcía por toda la piscina pintando el agua de un rojo intenso. Los profesores corrieron a ayudarla e intentar reanimarla para que saliera de la piscina por su cuenta, pero al ver que no funcionaba la cargaron hasta la orilla donde la castaña solo pudo pronunciar una frase, acto seguido llamaron a un hospital.
¿Porqué? ¿Porqué a ella? Cuando todo parecía estar saliendo bien tenía que pasar.

"Mi bebé. Ayudadlo"

 BAD   LIFE   ► Millie Bobby Brown ◄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora