ALESSANDRO P.O.V.
Creo haber visto duda en su mirada por un momento, pero después sonrió y caminó hacia la cama para sentarse en ella, jugó con algunos de los pétalos a su alcance, después me miró y bajó su mirada sonriendo
Cuando me dí cuenta, estaba despojándose de sus zapatos, en cuanto lo logró se pusó de pie, miró sus pies y movió sus dedos, me miró y ahí fué donde lo noté, estaba lista
Me acerqué a ella lentamente mientras me quitaba el saco, en cuanto estuve frente a ella la tomé por la cintura y la besé lentamente, disfrutando de sus labios tan suaves y dulces, el besó se profundizó, se volvió necesitado y pasional, antes de llegar a más rompí el beso si separarnos, aún rozando sus labios
-Prometo que seré cuidadoso- susurré y le dí un beso corto
-Lo sé- susurró ella para después entrelazar sus manos detrás de mi cuello y besarme
Bajé mis besos hasta su cuello, la giré lentamente, tomé los hombros de su chaqueta y la fui bajando lentamente hasta que la prenda desapareció en algún lugar de la habitación, recorrí con besos su clavícula y deposité uno tras su oreja, tomé el cierre de su vestido y lo bajé cuidadosamente, cuando éste llegó a su final, se giró y me miró con su brazo deteniendo la caída de la prenda, cuando la soltó ésta cayó a sus pies, dejandome ver su ropa interior blanca, sonreí y ella se sonrojò
Tomé sus manos y las coloqué en mi pecho, sobre los botones de mi camisa, dandole a entender que ahora era su turno, con sus manos temblorosas fué abriendo cada botón hasta llegar al último, me quité la camisa y después el cinturón, pero el pantalòn aún no, no quería espantarla o ponerla más nerviosa de lo que ya estaba, con sólo saber lo que estaba a punto de pasar mi exitación se hacía presente
Me acerqué a ella e hice que se sentara en la cama para recostarla y volví a besarla, sólo que ahora más profundo, mucho más necesitado, de un momento a otro mi pantalón había desaparecido,
SUSAN P.O.V.
Esto era mucho mejor que a como en los libros, sentía su exitación en mi vientre y me sonrojaba, sólo que él estaba demasiado ocupado para notarlo, nuestras respiraciones eran aceleradas y podía sentir el latido de su corazón contra mi pecho, por un momento se detuvo y me miró a los ojos, alargò su mano y del buró tomó un paquetito plateado
-En cuanto me digas que paré yo lo haré- murmurò y yo sólo asentí
Alcancé a ver como su bóxer desaparecía, pero antes de ver algo más cerré los ojos, a lo que el riò un poco, se acomodó entre mis piernas, entrelazò nuestras manos y las puso a la altura de mi cabeza
-Esto va a doler un poco preciosa- escuché decir antes de sentir una pequeña presión en mi intimidad, para después sentir el dolor más terrible en mi vida, sentía como algo en mi interior se desgarraba, no grité, nunca he sido una chica gritona, pero no pude evitar soltar algunas lagrimas
En cuanto todo su miembro estuvo dentro de mí me miró, besó mis ojos y mejillas, borrando las lagrimas y después besó mis labios
-Sólo tienes que decirlo- susurró
-Estoy bien- logré decir, estuvo así un tiempo, quieto y con nuestras frentes unidas
-Voy a moverme pequeña- dijo y así lo hizo
ALESSANDRO P.O.V.
Lo hice lentamente, sin prisas, tenía miedo a lastimarla, sentía su respiración entrecortada del dolor, pero ahora no podía parar, tenía que terminar con su dolor, y después de un tiempo lo logré su respirar había cambiado a pequeños jadeos, ella no gemía, no gritaba, y eso me gustaba, siempre destesté a las escandalosas, eramos piel con piel, un sólo cuerpo, disfrutaba cada centimetro de ella, sus caricias, sus besos, todo; después de unas cuantas embestidas llegamos juntos al climax, ella apretando mis manos y yo jadeando su nombre, esto era la mejor experiencia de mi vida, me sentía completo.