-¡Saludos desde lo más lejano del universo!- esa fué Gina junto con Liliana, Liliana también es mi amiga y me escucha igual, las quiero mucho, siempre me sacan una sonrisa
-Diganme extrarrestres ¿de qué planeta vienen?- pregunté siguiendoles el juego, ellas se miraron y empezaron a susurrarse
-Liliana ¿de qué planeta venimos?- dijo Gina
-Estoy pensando- contestó Lili
-¡De Marte querida terricola!- gritó Lili exhaltando a Gina y a mí, las tres nos miramos y empezamos a reír
-Querida Gi, ¿cuánto queda de clases?- dijo Lili
-Una semana, señor- contestó al estilo militar
-¿Estan listas para la preparatoria?- pregunté
-Es lo mismo que la secundaria, sólo que ahora somos más grandes- dijo Gina
-Pues yo te veo igual- dijo Lili y Gina la fulminó con la mirada
-¿Y tu? Ya sabes que ellas van a entrar a la misma- dijo Lili
-Si, las escuché hablar de eso el otro día- contesté
-Tu tranquila, que cualquier cosa nos tienes a nosotras- dijo Gina
-Si ellas no te quieren nosotras sí- dijo Lili, a lo que yo sonreí
1 mes después
Por desgracia, Lili y Gina, quedaron en turno vespertino y yo matutino, en cambio Violetta, Keila y Julia quedaron en el mismo turno que yo, pero bueno ya qué.
Mañana es el primer día de clases, tal vez este mal, pero he decidido estar sola, y refugiarme en mis libros, sí eso haré.
...
Me desperté por el sonido del despertador, me paré fuí al baño e hice mis necesidades, salí, busqué mi nuevo uniforme en mi armario y me lo coloqué, peiné mi cabello rubio, me amarré un listón y bajé a desayunar, vivo sólo con mi mamá, ella trabaja así que casi no la veo, mi hermano y mi padre son Ingenieros Industrial, y por la empresa en la que trabajan viajan a otros lugares.
Salí de casa, y emprendí camino a la preparatoria, faltaba media hora para entrar, así que tenía tiempo. Llegué ante esa imponente puerta, respiré profundo y entré.
Mis profesores parecían personas agradables, mis compañeros, los tipicos chicos que quieren encajar, por fortuna no me tocó estar con las otras.
Las primeras horas pasaron agradables, llegó la hora del descanso, iba a ir al comedor pero, las ví platicando muy sonrientes, eso me traía recuerdos, recuerdos dolorosos, de lo que fue enterrado.
Ví una banca a lo lejos, solitaria, no había nadie a su alrededor, estaba en una esquina, y decidí ir a ella.
-A partir de este momento compartiremos soledad- dije dirigiéndome a una banca, quien le habla a una banca, sólo yo
-Mi nueva rutina- dije ya sentada mientras abría el libro en mis manos...
