Llegué al borde de la piscina y me senté, dejando mis piernas flotando en en agua.
— Ros, iré a buscar una bebida. — comenta mi amiga Kate.
— ¡vale!también me traes un vaso.
Kate se fue, y me dejo totalmente sola. — Quién te viera de esa forma, pensaría que eres un ángel. — escuchó una voz detrás de mi, me imaginé que era Arlo.
Aprieto mis dientes en molestia,— ¿Eso qué?
— ¿puedo sentarme? — pregunta Arlo.
— ¡Adelante! — digo poniendo los ojos en blanco.
De pronto el silencio reina, la musica desaparece, y solo estamos solos los dos.
Arlo me da una sonrisa torcida, — ¿Por qué actúas así conmigo, Rosie? — escuchar decir mi nombre me hace sentir algo en el estomago.
Me encojo de hombros. — No sé, no actuó, simplemente soy yo. — baje mi vista a mis pies que estaban jugando con el agua y trazando círculos extraños. — No me agradas. — susurro.
Arlo ignora mi último comentario y habla: — ¡Oh vamos! Sé que detrás de esa personalidad se encuentra un persona maravillosa y eso te lo a seguro, ambos nos llevaremos muy bien. — responde Arlo mirándome a los ojos, con una chispa de que no se como lo describiría en este momento, cuando Arlo mencionó esas palabras sentí algo en mí, no sé era como algo extraño formándose adentro de mí.
Arlo cortó la tensión que había entre los dos. —Tenemos que divertirnos. — habla Arlo con una cara traviesa, y al mismo tiempo empujandome en la piscina.
Por suerte ya traía el traje de baño puesto. — ¡Que imbécil!— digo casi gritando, a un que sabía qué nadie me escucharía por la fuerte música. — ¿Te ayudó?— me pregunta Arlo, extendiendo la mano.
Y ahí se me ocurrió una gran idea. Y puse una sonrisa malévola — ¡Claro! —digo tomando su mano.
En un segundo a otro él ya estaba dentro de la piscina y empapando, me empecé a reír como loca, él se acercó y tomo mi cintura pegándome a su cuerpo.
Acarició mi mejilla y se acercó a mis labios. —No, Arlo. — Moví la cara pero él, lo tomo de nuevo — ¡Que no! — Le grite y lo empuje.
No quería sentir esa estúpida sensación dentro de mí, no de nuevo
Salí de la piscina y me dirigí al pequeño bar, vi que Kate estaba bailando con un chaval y mejor la deja que disfrutará de la fiesta y no la iba a involucrar en mis sentimientos.
— Ros. ¡ven aquí!— grita David con un vaso rojo en la mano. — ¿Bailamos? — Me pregunto.
abandono la cara de David para ver a Arlo, él sonreír con la oxigenada y eso medio motivo para disfrutar de la fiesta. —Si. — acepté, David tomó mi manó hacía la pista de baile y comenzamos a bailar, moví mis caderas al ritmo de la música y él tomo mi cintura me pego a su cuerpo
Sentí una mirada y eso fue como una chispa para provocar a Arlo.
David me entregó un vaso que contenía cerveza y me lo bebí de un solo tragó, quería olvidar lo que había pasado en la piscina.
Luego de varias canciones ya me estaba empezado a sentir mareada. — David creo... Creó que no me siento bien. — llevo mi mano a la cabeza.
— Esta bien, iré a buscar a Kate, para que te lleve a la casa, yo no puedo ya sabes, tengo igual algunos tragos demás — comenta David
Asiento y veo como desaparece entre el montón de persona que está en la pista de baile. Tome asiento en un sillón para esperar a que David regrese.
— Rosie, no puedes estar en estas condiciones, mañana cuándo despiertes te dolerá la cabeza. — habla Arlo, que esta enfrenté de mi
— Vamos te llevaré. —Arlo tira de mi.
Meneo la cabeza— ¡No! Arlo, ya me llevara Kate, no quiero de verte favores — digo, en busca de David o de Kate.
— No me deberás nada, aparte de eso, recuerda que también vivo en esa casa. Te tengo que llevar.
— ¡Ash está bien! — digo levantando me y poniéndome en marcha, para salir de la fraternidad
Subí al auto de Arlo, él de lo contrario no dijo nada y unos segundos me quede totalmente dormida en todo el transcurso del camino que va directo a la casa.
— Ros, ya despiértate. — dijo Arlo. Abrí un ojo y vi que Arlo estaba enfrente de mí con una mirada muy tierna. Baje del auto y me dirigí a la casa.
Arlo abrió la puerta para que yo pudiera entrar. Subí las escaleras y me adentré a mi habitación.
— Ros, deberías tomar una ducha. —escucho que habla Arlo, desde el marco de la puerta.
— ¡No me des ordenes, no me gusta que lo hagan! Me dirigí a la bañera y ahí me di cuenta que todo este tiempo estaba en traje de baño, pero me dio igual.
Se alejó de la puerta y se acercó a mí, su mirada recorría mi cuerpo, desde mi pecho hasta mis piernas. Trago grueso —¡ Ros.. Te ves jodidamente hermosa!
Me sonrojó, —Oh no, no voy a caer en tu juego. — Yo retrocedo como cobarde.
Él sonríe, y menea la cabeza. Su mano toma ambas de mi muñeca y la sube arriba de mi cabeza sosteniéndolas contra la pared del baño.
—Suéltame. —le suplico, él hace caso omiso y me libera de su agarre.
Me lamo los labios nerviosa, me aferro al borde de la bañera, subo y luego bajo despacio, abriendo los ojos para verlo. Me observa, con la boca entreabierta, la respiración entrecortada, eran tan… excitante.
De un momento a otro Arlo está adentro de la bañera, estamos mojados y resbaladizos, frotándonos el uno contra el otro.
Él se inclinó y me beso desesperadamente le correspondí al beso, es como si lo estuviera esperando todo este tiempo, Tímidamente subo mis manos a su cabeza y le acaricio el pelo, sin apartar mi boca de la suya.
Le echó la cabeza hacia atrás y lo beso más apasionadamente, montándolo, cada vez más rápido, siguiendo el besó
Gimo en su boca. Él empieza a subirme más y más deprisa, agarrándome por las caderas. Me devuelve el beso.
Los dos estábamos totalmente empapado por el agua de la bañera y sabía que mañana me arrepentiría de esto, pero tenía que disfrutar del momento, después le echaré la culpa al alcohol.
El empieza a dirigir sus manos entre mis bragas, pero no le digo nada. Me mete la mano debajo de braga y la pasa por toda mi feminidad.
— ¡Estás tan mojada! veo que has estado fantaseando conmigo como yo contigo, saca la mano de mi braga y se la lame despacio. — ¡Umm, que rico sabes! , luego me desabotona el sostén
— ¡Tienes lindos pechos ¡ —dice Arlo en casi un susurro, empieza a lamerme por la mitad de mis dos senos y yo gimo, al mismo tiempo coge mi pezón izquierdo y lo retuerce, gimo, siento placer y dolor y mi coño cada vez más caliente. —Eso es, nena —jadea
Sin terminar con mis pechos mete la otra mano sobre mi braga y comienza a mover mi clítoris en círculos rápidamente. Me corro; el orgasmo me arrastra a un clímax turbulento y apasionado que me devora entera.
— ¡Princesa! —grita, y la suya es una invocación feroz, que me llega a lo más hondo del alma.
Holaaa. Perdón por traerles un pequeño cap.
Buenos nos vemos en siguiente capítulo..
@PGP2019
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El Juego De La Atracción
Teen FictionUna vez leí está frase: "Si te gusta alguien por su físico, no es amor... es deseo. Si te gusta alguien por su inteligencia, no es amor... es admiración. Si te gusta alguien por su dinero, no es amor... es interés. Pero si no sabes por qué te gusta...