Capítulo 20

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Salí de la habitación de Arlo, pero antes me cerciore de que nadie me viera salir de la habitación.

Me deslice por la puerta por lo emocionada que estaba, Arlo había caído en la trampa muy fácilmente. Decidí llamar a Kate y contarle lo sucedido con Arlo, porque sentía que me estaba ahogando de tanto guardarme lo que al principio había pasado con Arlo.

— Rosie, me estas contando que todo este tiempo te has liado con Arlo y que enzima te todo eso hasta ahora me vienes y me cuentas como si no hubiera pasado nada, pero cuando me pensabas contar todo. — después de casi una hora hablando con kate y contándole todo, aquí estaba yo prometiéndole a kate que no me lastimaría con el juego que estoy iniciando.

— Rosie Kroes, por milésima vez promete que no te lastimarás por iniciar tu famoso “juego” sabes que no es muy bueno que hagas todo eso.

— Kate, en verdad te lo prometo, es obvio que yo no me enamoraría, y mucho menos de un capullo como Arlo. —
Camine por mi habitación, hasta llegar al pequeño balcón que tenía y así poder ver como Arlo se despedía de Sophie. — Estoy completamente segura que no me llagaría a enamorar de un tipo como Arlo. — mis palabras salen muy fácilmente.

— Bueno, al menos esperó que juegues tu mejor carta y no salgas perdiendo, los juegos son muy malo y cada nivel es más difícil de pasar, lo sabes, si es así te deseó suerte. — eso fueron las últimas palabras de Kate antes de finalizar la llamada.

Me senté en la orilla de la cama pensando en todo lo que me dijo Kate, pero dejaría a un lado ese tema y ahora tenía que pensar cual sería mi siguiente plan para jugar con Arlo,  Arlo se iba arrepentir, se que Arlo arroto muchos corazones, pero no el mio, él está muy equivocado si piensa que toda las chicas caerán rendidas a sus pies a la primera,  el ya necesitaba a alguien ponerlo en la tierra al menos no conmigo,  él es un gilipollas que primero ilusiona a las chicas y luego las deja, pero yo le daré un giro a su vida.

La idea que tenía en mente no dilató mucho, ya que Arlo entró a mi habitación. — ¿Qué haces aquí? — digo, colocándome de píes, por la forma tan brusca en que a entrado. Cada día me la pone fácil.

— Te dije que esto no había terminado. — habla Arlo acercándose a mí y Acorralándome contra la pared Tomo mi cintura y lo apegó a él, empezó a alzarme el vestido y al mismo tiempo acariciándome el abdomen, me incorpore y continúe con mi plan, empecé a morderle el lóbulo de la oreja, sabía que eso lo excitaría aún más, empecé a desabotonar la camisa ya que era de botones e introduje mis manos para acariciarlo, el beso de ambos se intensificaba, Arlo no dejaba de masajear mis senos y dar pequeños mordiscos en mi cuello, los gemidos de él y mío resonaban en toda la habitación, decidí quitarle el cinturón y poco a poco desabotonado sus pantalones, introdujo mis manos para acariciar su dura erección. —Estando conmigo te sientes en otro mundo, ¿no crees? — digo susurrándole al oído mientras apretaba su dura erección y al mismo tiempo deslizaba lentamente para ir acelerando el ritmo.
— ¡joder! lo haces también que por un momento me olvido de tus jueguitos. — ¿Así? Me gusta ver cuál es la debilidad de todos los hombres. —Suspire y mordí mi labio.

Arlo tomo mi rostro dándome un beso muy salvaje, me subió sobre su abdomen con sus manos en mi trasero mientras el beso subía de intensidad, enredé mis piernas en su cadera. — ¿crees estar lista?

— ¡sí! — Arlo me llevó hasta la cama y empezó a quitarme por completo el vestido, a cómo iba pasando los segundos, me estaba empezando a repetir y parar este momento muy fogoso.

— Rosie, ten tengo que contar alg... — entró Zoe quedando sorprendida

— maldita sea, Zoe tienes que aprender a tocar. — escuchó la voz de Arlo muy enojado.

El Juego De La Atracción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora