Después de lo que había pasado hace unos momentos decidí, tomar la ducha sola, sé muy bien que me arrepentiría de lo que paso con Arlo.
— Rosie ¿A qué estás jugando? sabes muy bien que algunos de los va a perder — habla Arlo, que por lo visto él también había tomado una ducha, el estaba sentado en el pequeño sillón que estaba cerca de la puerta, y el tocador.
— ¡Tú no sabes nada! Lo que pasó en la bañera solo fue un simple impulsó en el ambos no dejamos llevar. — digo apartando la mirada y dirigiéndome al tocador
— Pero Ros... — nada Arlo no hay nada más que decir, así que por favor vete, no te quiero ver aquí, ya obtuve lo que quería. — digo sin una pizca de emoción en mi tono.
— Ros, no puedes hacer esto. — Claro que si puedo, así que por favor vete, no me hagas volver a repetirlo. — digo alzando las manos en dirección a la puerta.
— ¡Está bien! Te dejaré sola, si eso es lo que quieres. — con la cara llena de furia Arlo salió de la habitación azotando la puerta de mi habitación provocado un ruido espantoso.
La verdad no me sentía; ni mal, ni bien, por lo que había pasado. total que los hombres solo juegan con uno, y yo no veía nada de malo, el porque no podía jugar igual que ellos, y lo que pasó en la bañera solo fue un simple momento, Bueno de esa manera lo vi yo. No quiero sentir esa misma sensación, Del “amor” era algo tonto y estúpido al mismo tiempo.
Me levante al día siguiente con un leve dolor de cabeza, me senté en el borde de la cama y recuerdos llegan a mi mente de todo lo qué pasó ayer.
Decido meterme a bañar, pero antes de eso me fijó en la hora y son las diez de la mañana, todavía era temprano, tome la ducha, me cepille los dientes, busque un atuendo para ponerme, elegí un pantalón de mezclilla y una blusa vino, busque unos botines.
Salí de mi habitación, tome rumbo a la cocina, camine hasta el refrigerador; saqué el bote de leche y fui a buscar cereal, preparé mi delicioso desayuno y justo cuando iba a dar la primer cucharada veo a una persona que está observándome.
Arlo tenía una sonrisa de oreja a oreja, al darme cuenta suelto un grito y dejo caer la cuchara. —Joder, casi me matas de un susto — digo poniendo una mano en mi pecho.
— ¿Has estado todo este tiempo mirándome?
— La verdad es que no. — dijo el divertido, por cierto, te ves adorable cuándo te concentras en hacer tú “desayuno”.
— ¡Eres un estúpido! — digo sacando el dedo de en medió. Me dispuse a terminar mi cereal, de parte de Arlo no volví a escuchar ni una sola palabra de él.
Deje el plato en el fregadero y tome camino a la puerta de salida.
— ¡Espera! — lo oí decir.
—¿Qué quieres? — puse los ojos en blanco.
Me da una sonrisa de boca cerrada, —Lo que paso a noche... Te pido que lo olvides y no le comentes a nadie, mucho menos a nuestros padres. — comenta Arlo.
— Arlo, lo que pasó a noche no fue nada, solo fue un simple error de ambos y no te preocupes que nadie se enterará. — Miro por encima de mi hombro.
— Si es lo mejor hay que tomarlo como si nunca tuvimos algo que ver. — habla Arlo.
Decidí ignorar las palabras que dijo, salgo de la casa para tomar el bús que pasaba cerca de la casa de Kate, ella siempre estaban en la casa y ahora mas que nunca quería hablar con ella, siempre daba buenos consejos, como una madre a su hija.
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El Juego De La Atracción
Teen FictionUna vez leí está frase: "Si te gusta alguien por su físico, no es amor... es deseo. Si te gusta alguien por su inteligencia, no es amor... es admiración. Si te gusta alguien por su dinero, no es amor... es interés. Pero si no sabes por qué te gusta...