Toda la semana fue así, sin poder hacer nada, sola en casa, atrapada en el calor sin poder refrescarme en la playa. Me iba haciendo a la idea de que todo se había acabado, pero necesitaba verle una vez más, solo una, es todo lo que quería.
No se cómo lo conseguí con lo cabezotas que son mi madre y mi suegra que quedamos ese mismo viernes en la gavia, el segundo sitio al que fuimos después de Semana Santa. Mi madre y mi tía tenían que comprar un regalo y eso era excusa perfecta para ir, pero duró muy poco, estuvimos juntos apenas cuatro horas.
Llegamos mi madre mi tía y yo, aparcamos y nos dirijimos hacia el centro comercial. Yo iba hablando con Rubén por el móvil , ellos también habían aparcado ya pero no les veía por ningún sitio. Entramos y le dije a mi madre que iba a salir un momento a ver si le veía y nada las salir le vi, a ese chico por el que tanto había llorado esos días, con el que tantos recuerdos tenia y tantas risas he pasado, tantos baños en la playa, tantas noches bailando sin parar y ahora... ahora solo quedaban recuerdos y esperanzas de vernos lo mas a menudo posible. Pero el resultado era siempre el mismo; las horas pasaban volando y con ellas mis mi tristeza llegaba, otra vez a esperar.
Pensaba que esta vez me costaría menos despedirme pero no fue así, fue como si me arrancaran el corazón de cuajo pero... ¡Por suerte conseguí que ese mismo domingo viniera a mi pueblo a conocer a mus amigas! Me hacía mucha ilusión que las conociera pero, ¿sería ese día como yo me imaginaba? Pues no mucho, la verdad.
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La Fuerza del Destino
RomanceA veces es increíble como se solucionan las cosas. Cuando piensas que todo está mal y de repente aparece un poco de luz en algún rincón de tu alma…