La maldad de la envidia

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En Septiembre, Madrid tiene muchos pueblos en fiestas así que cada fin de semana me iba a uno y justo el sábado de después de las fiestas de mi pueblo hicimos 5 meses. Quería verle, le necesitaba conmigo y yo estaba en las fiestas de otro pueblo, con agujetas del baile, con sueño... Pero hice un trato con mi madre para que las dos saliéramos ganando; todo el tiempo que estuviera yo allí aguantando aguantaría ella el sábado siguiente, es decir, que a la hora que nos fuéramos es a la hora que nos iríamos del otro pueblo, el de las hermanas. Intenté aguantar allí todo lo que pude, retenerlos para no irnos, aunque me moría de sueño pero cuanto mas tiempo estuviéramos allí, mas tiempo estaría yo con Rubi, y por él aguanto lo que sea.

Quise quedarme allí hasta las cuatro o las cinco y podría haber aguantado hasta las seis a lo mejor, pero cuando la orquesta terminó nos fuimos, eso era a las tres y cuarto, ya estaba impaciente para que llegara el próximo sábado.

Aunque claro, no podía olvidar tampoco que hacíamos cinco meses ese día, estuve hablando con él hasta que se fue a dormir pero es que no es lo mismo, yo quería estar con él no sólo cada 20, que era el día que empezamos a salir, sino todos los días de mi vida, pero todo es difícil en esta vida...

La semana pasó rápido, yo ya tenía instituto así que al menos las mañanas no se me pasaban tan rápidas sola en casa.

Primero quedamos con Rubén y sus padres en mi casa para desde allí irnos a casa de las chicas. Fuimos los dos juntos en el coche así que el viaje se me hizo cortísimo. Cuando llegamos vi a Patri y a Nerea, dos de ellas, y fui corriendo a abrazarlas, las quiero mucho pero a veces se pasan de listas, y Cristina, la mayor, se pasa mucho más.

Cenamos pizza en su casa con una amiga suya, Elena, que yo ya la conocía de haber ido ya más veces allí. Veía como Cristina estaba rara, no me hablaba apenas, pero no le daba mucha importancia.

Terminamos de cenar y nos fuimos a dar una vuelta a la feria, al local, etc. Allí estaban todos sus amigos, ¡no nos presentaron ni uno! Algunos nos miraban y le preguntaban a Cristina: ¿quienes son? Y ella respondía con un simple: los de la playa. ¡Ala! ¿pero sabéis que mal me sentía yo? Me sentía ridícula, yo cuando vinieron a mi pueblo cancele todos mis planes para estar con ellos. Que esto no fue lo único.

Estábamos ahí Ruben y yo como acoplados, pues ¿que quieres que hagamos? Estar juntos, aprovechar la noche que pronto se acabaría, lo que no sabía era la movida que se avecinaba. Bueno pues Patri no tuvo otra cosa que enfadarse conmigo por no estar con ella y estar con Ruben (a Patri no le cae bien Rubén, Dios sabe por qué) ¿¡Pues qué cojones quieres que haga!? ¿le dejo solo? Ese fue uno de mis fallos, que le hice caso a Patri y le dejé solo durante casi una hora, ¡pues no! Es que eso no tendría que haber sido así. Es que Patri se puso a llorar echandome la culpa a mi y todas sus amigas me miraban mal y con desprecio. ¡Que yo no he hecho nada! Pues bueno, me dejé llevar por Patri, porque al fin y al cabo es mi amiga.

Eran todos amigos de Cristina pero también estaba Patricia, todos eran unos fumaos que su único entretenimiento era beber. No podía ni entrar al local porque había una nube de humo en la puerta, ahí no se podía respirar, olía a una mezcla entre porro y alcohol.

El caso es que, en verano estuvimos hablando mucho tiempo de ir al pueblo de Celia que es precioso y quedarnos a dormir (el pueblo estaba lejos). Se supone que íbamos a ir todos pero Laura y Álvaro al final no pudieron ir, pues cómo no, Cristina tampoco quería ir. Me quedé de piedra cuando me dijo que no quería, aunque sus padres la obligaban pero ella decía que se iba a acosatar pronto, que la teníamos que dejar dormir, etc. Pues vaya una bobada ir, ¿no? Para tener que estar callada porque la señorita quería toda la noche, cuando en la playa las invité a dormir a ella y a Laura, yo costipada, con fiebre, y las aguanté con sus alegres gritos hasta las tres de la madrugada, que no es que no me gustase hacer el loco, pero sinceramente, me dolía muchísimo la cabeza.

Intenté por todos los medios convencerla de que podía pasarlo bien, que me parecía fatal que le hiciera eso a Celia que llevaba pensando en eso meses, y encima era una forma de celebrar su cumpleaños. Me enfadé un poco con ella, pero la seguía queriendo, era mi amiga joder, los veranos no se olvidan así como así. Ella se tomó mal que yo le dijera todo eso así que empezó a ponerme verde por toda Velilla, ¡claro que si jodeer!¡muy razonable todo!

Estando en el cumpleaños de unas de mis mejores amigas me mandó un audio con una amiga que decía:

Amiga: Nuria, tronca, dile a tu novio que se echan poooolvos, vale? Poooolvoos.

Cristina: Queee Nuria....

Amiga: Ais por dios que finos, y luego llamas a Cristina infantil, comeme un nardo.

Cristina:...queee Nuria...

Amiga: No se para qué viniste, si estuviste todo el tiempo con tu novio.

Cristina: Que Nuria, que yo haré lo que quiera con mi vida y eso es... Bueno, me voy a callar porque esas cosas me las guardo pa mi, y pa gente en la que confio.

Amiga: a mi

Cristina: a ella, y... Y a to el mundo, que tu no me mandas, no eres nadie que influya en mi, me voy a ir a dormir a la hora que me de la gana, me la suda que te parezca bien, me la suda que te parezca mal, que me importas... UNA MIERDA

Las dos amigas se rieron, esto que os estoy diciendo es de lo que me acuerdo del audio más o menos. Tantas veces lo he escuchado, tantas veces he llorado...¿para qué? creía que era mi amiga pero no, sólo es la típica falsa de ahora te quiero y luego te apuñalo por la espalda. Admito que lo hice un poco mal al intentar cambiar un poco su opinión, yo solo quería que todo saliera bien, ¿¡pero cómo me puede echar en cara que estuve con Rubén en su pueblo!? Si en la pólvora me senté a su lado y no me hizo ni puñetero caso, en la cena tampoco, ¡ni puto caso! Pero alaa. Nunca les he dejado de lado por Ruben, siempre he estado con ellas, en verano Patri se enfadó conmigo el día que vino Rubén (estaba celosa) y casi me hace romper con él.

Yo estaba en un cumpleaños cuando recibí el audio, me tuve que apartar del grupo porque estaba a punto de llorar, me quedé mirando a un punto fijo e intenté aguantar las lágrimas pero me encontré con una buenisima amiga mía y me preguntó que qué me pasaba, me conocía demasiado bien. Rompí a llorar. Todos mis amigos se dieron cuenta y corriendo me preguntaron. No tenía el audio, me lo mandó por un grupo en el que estábamos todos los que íbamos a ir al pueblo y me salí corriendo.

-No, paso, no voy, estoy harta -le dije a Celia por whatsapp.

Les conté lo que me había pasado a mis amigos y me sorprendieron un montón, ellos que el tema de la playa siempre les había dado un poco igual y a veces se reían de mi pobre chico pero ese día me apoyaron un montón, sobretodo Peny, y estuvieron todos muy atentos de mi, etc. En ese tema siempre me han apoyado y Celia también, teniendo en cuenta que Cristina ponía verde a Celia en verano.

He pensado tantas veces en la próxima vez que vaya a la playa... ¿que puedo hacer?¿que pasara?¿me dejaran sola? Desde luego hay muchas que les da igual los años que estuvieron conmigo, me dejarán de lado por la falsa esa que llegó el año pasado, y es que todo esto empezó cuando empecé a salir con Ruben. ¿es eso lo que quieren?¿que no sea feliz? Con perdon, pero vaya una mierda de amigos, esos mismos a los que yo había denominado siempre como los mejores.

Llegué a la conclusión de que ya había llorado mucho y que en el momento que lo pasara un poco mal desconectaba, a la mierda todo, desconectaba de todo lo de la playa, y todo quiere decir todo, incluso de Rubén. Pero eso si, que tengan narices a decírselo a él, adelante, no tienen huevos suficientes, ¿no es lo que querían? Pues ala, en el momento que haya una lágrima mas por su culpa doy la vuelta, se acabó.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2014 ⏰

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