CAPÍTULO 21

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----CHICAS, este es el último capítulo de la novela. Como leerán está por COMPLETO cerrada. Si tienen curiosad por el epílogo y saber sobre los próximos años en las vidas de ambos, lo pueden leer en la versión de Amazon Kindle, y que ya está en pre-venta a un precio especial de USD 2,99 en todos los mercados. MIL MIL MIL gracias por haberme acompañado en esta aventura literaria. ¡Nos leemos en la próxima! El libro saldrá el 21 de MAYO, en digital y papel.

Les recuerdo que en Instagram haré un sorteo pronto de un ejemplar firmado de "ENTRE LAS ARENAS DEL TIEMPO", así que pueden seguirme allá para participar apenas haga el anuncio al respecto. Pueden seguirme. Mi usuario es: 

@KristelRalston

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Chase era un hombre elegante en traje formal, y un espécimen digno de admiración en la pista de hielo porque parecía estar rodeado de un aire de salvaje sensualidad. Resultaba más que solo agradable a la vista, mientras daba vueltas con los patines, en esos instantes, como si no fuese consciente de que ella estaba alrededor.

—¿Estás a gusto sin saludarme? —le preguntó Alicia, mientras empezaba a bajar las escalinatas para acercarse a la pista de hielo.

Él se detuvo abruptamente. Conocía que ella era una persona paciente a ratos, pero si algo le fastidiaba era que la ignorasen. Chase había contemplado esa posibilidad para instarla a tomar el primer paso. Giró sobre sí para mirarla.

De lejos, Alicia era un sueño erótico en carne y hueso; de cerca, Chase tuvo que hacer un gran esfuerzo para no arrodillarse ante su belleza. Apretó la mandíbula ante la idea de que se había vestido así para otro hombre. Empezar una conversación, al menos de la clase que tenía en su mente, con un reproche no era un acierto.

—Me complace verte —dijo acercándose—. ¿Quieres patinar conmigo?

Ella frunció el ceño.

—No sé patinar, y nunca lo he intentado tampoco...

—¿Te gustaría saber lo que se siente estar sobre el hielo?

Alicia se miró las sandalias de tiras finas. No era la bienvenida que esperaba. Y, para ser honesta, ese día era por completo inesperado en todos los sentidos.

—De acuerdo...

Con agilidad, Chase la tomó en brazo y ella de inmediato le rodeó el cuello para sostenerse. Estar en sus brazos era como regresar al sitio seguro; el hogar que su corazón necesitaba, y el oasis para su sed de él.

—¡Chase! —exclamó cuando él empezó a patinar con ella a velocidad—. No me dejes caer, por favor.

Patinar era su segunda naturaleza, así que era imposible dejar que Alicia se lastimase. Estuvieron dando vueltas, la escuchó reír y eso aligeró la angustia que llevaba dentro desde hacía varios días.

Sostener el cuerpo suave y curvilíneo lo embargó de lujuria, pero también de calma. Sus sentidos volvían a estar en armónica sincronía, y sabía que ninguna mujer podría encajar tan bien con él como lo hacía ella en esos instantes; siempre.

—Te extrañé, mucho más de lo que mis palabras son capaces de expresar —dijo, Chase mirándola, mientras se detenía abruptamente en el centro de la pista, esparciendo hielo alrededor.

La bajó con suavidad hasta que ella estuvo sobre la pista, y él le sostuvo las manos entre las suyas, no solo para evitar que resbalara, sino porque no quería dejar de tocarla ni un momento.

—¿Lo hiciste?

—Sí... —apretó la mandíbula—, pero no me agradó saber que ibas a tener una cita hoy. Quien quiera que sea más le vale que yo no conozca jamás su cara, porque créeme, tengo guardados algunos movimientos que no logré aplicarle a Burrien el otro día en ese evento de caridad. Me contuve para no agraviar mi reputación cuando quedaba poco tiempo para que se acabara el período de trabajo con Push Fire. Pero ahorita no tengo nada que me lo impida.

©Oscura redención (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora