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Louis: que mala suerte -se quejaba-

La queja del mayor era por culpa del auto el cual había dejado de avanzar hace más de 15 minutos.

Clem: Son batería y sin gasolina -decía mientras terminaba de revisar el auto.-

Louis: tendremos que seguir a pie mientras buscamos otro auto -aconsejaba-

AJ: pero sería el doble de tiempo -hablaba el pequeño quien se había mantenido en silencio-

Clem: Si , pequeño pero tenemos que llegar así como sea. -aclaraba-

Louis: Entonces empecemos para no perder más tiempo. -ordenaba el moreno mientras cargaba a el pequeño poniéndolo en sus hombros como podía pues le gustaba un poco de trabajo-

La morocha rápidamente tomó la mochila que estaba dentro del auto con comida y agua dentro. Se la colgó rápidamente en los hombros para después correr y lograr alcanzar a los morochos quienes no iban muy lejos de ella.

El pequeño iba jugando con los cabellos de Louis pues estos al ser rastas le llamaban mucho la atención. Iba riendo mientras que Louis daba alunas quejas Lira lo jalaba demasiado sin embargo siempre terminaba riendo. Eso provocaba algunas canas verdes en Clementine pues a pesar de que fuera gracioso también era algo peligroso pues olvidaban el mundo de muerda donde vivían ahora ,haciendo mucho ruido con sus risas y quejas, y como todos saben el ruido no es tan bueno. Sin embargo la morocha no detuvo su momento de distracción, dejó que ellos siguieran mientras ella tenía la guardia en alto.

[...]

El sol ya estaba en su último punto de mira, estaba a pocos minutos de ocultarse y dejar salir a la luna. A lo cual era necesario para los morochos buscar un refugio.

Sin embargo no hubo mucho solo se ocultaron el el bosque, entre angostos árboles con una fogata en medio que les ofrecía cobijo , dejándolos para nada expuestos al frío.
El más pequeño quien era el que siempre se ofrecía a hacer guardia primero pues en eta ocasión fue el primero en quedarse dormido dejando a los mayores "solos" pues este tenue el sueño más pesado del mundo.
Estos morochos se quedaron frente a la fogata abrazados. Clem recargaba su cabeza en el hombro derecho del mayor mientras él osaba su brazo por los hombros de la chica recargando su cabeza si te la cabeza de la menor.
Estaban en silencio.
Trataban de disfrutar ese momento pues realmente no los tenían del diario.

El mayor se moría por romper aquel silencio sin embargo no quería echarlo a perder con uno de sus tontos chistes, pero... y ¿qué hay? de lo romántico. Según él sus encantos mataban a Clementine a lo cual trato de decir algo pero ahora el problema era "¿qué puedo decir?".

Louis: Diablos maldito cerebro, tienes mil ideas para chistes tontos pero no para cosas lindas. Aaaaah pero para otros momentos eres el más lindo del nudo. Estupido cerebro- pensaba algo frustrado a lo cual frunció el sueño.

La castaña levantó su mirada ligeramente viendo al mayor de reojo, notando su ceño fruncido.

Clem:¿pasa algo?- preguntaba la joven siendo ella quien rompería el silencio.

Louis:¿Eh?- el chico estaba lago desorientado pues se había perdido mucho en sus pensamientos pero la angelical voz de su novia lo sacó de ellos. - Eh...n-no, todo va bien- respondía

Clem:¿seguro?- volvía a preguntar la joven aún curiosa - Te veo algo frustrado-

Louis:Es solo que estoy algo estresado por todo lo qué pasó con Mil y todo eso- Mentía. Solo no sabía qué carajito decir.

Clem: Pero ya pasó...ahora estamos bien, sanos y salvos- hablaba la joven mientras miraba a así pareja - ahora tenemos que enfocarnos en llegar a Ericsson- aclaraba la joven.

Louis: Con que estés viva tu, me conformo- confesaba el chico mientras abrazaba el torso de la joven apegándolo a él.

Ella se sonrojó levemente para después corresponder aquel cálido y tierno abrazo de parte de su mayor mientras una ligera sonrisa se dibujaba en su rostro.

Clem: Te amo- susurro la joven a él odios del mayor.

Louis:Yo también- susurraba el joven.

La chica sin más optó por apretar un poco más el abrazo pies realmente no quería separarse del cuerpo del chico, se sentía a salvo entre ellos. Y eso era algo que solo había sentido una vez en la vida. Con Lee.
Y el sentirlo ahora con aquel joven la hacía sentir feliz y le hacía ver que él era el indicado. Que él realmente era su persona especial.
Y no dudaría ni un segundo en mantenerlo a salvo como él la hacía sentir a ella.

Se alegraba de haber aceptado estar con él aquella noche, donde se supone "harían guardia". Se alegraba de que Violet no fuera la indicada, no era por mal simplemente ella sabía que eso sí sería algo pasajero y que su persona de aquella rubia era esa pelirroja llamada Minerva. Estaba feliz por ella eso no lo negaba. Pero se sentía aún más feliz por sí misma, por lograr llegar tan lejos, por lograr que un pequeño llegara aún más lejos, por estar con un chico tan especial.
Por seguir viva. Por hacer un Nuevo mundo.

El chico fue quien terminó separándose solo un poco del agarre para juntar sus labios con los de la chica, había sido un corto pero hermoso beso, la joven al sentir que esos carnosos y suaves labios se separaban de ella no dudo ni un segundo en situar la palma de su mano sobre la mejilla del chico para juntar nuevamente sus dulces labios con los suaves labios del opuesto formando ahora un beso un poco más duradero. Ahora había una explosión de sentimientos en su interior.

"Alguien me cuida como tú alguna vez lo hiciste"

Esas habían sido las palabras de le dijo Clementine a Lee la ves que lo vio en la casa del árbol. Asegurándole que Louis era un chico realmente responsable y seguro. Con todo lo que había pasado Lee podía estar seguro que ese chico la cuidaba aún más que él la llegó a cuidar.
Él podía estar en paz ,mientras que ella y el pequeño podían estar a salvo. Gracias a Louis.

Clem: Te amo mucho- susurraba la joven al separar lentamente del beso mirando directamente a los ojos a él joven morocho quien tenía sus mejillas ardiendo.

Nuevo Mundo II [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora