-¿Y así mismo se fue?- Me pregunta Evelina. -Sip, así mismo.- Ella solamente asiente y sigue respondiendo sus muchos mensajes de textos. Yo abro mi armario y saco mi libro de química. Oh como odio esa clase. Bendita sea mi paciencia para aguantar a la maestra y los alumnos de esa clase. Realmente soy alguien que ni soporto a nadie y nadie me soporta a mi. Es un acuerdo mutuo que la madre naturaleza permitió entre yo y la raza humana. Me explico, no soy humana. Soy una mensajera, una chica que ve el más allá. Sin embargo solamente puedo hacer tanto para ayudar a la persona que sea.
Muchas veces no puedo hacer nada por el simple hecho de que ya es muy tarde o no se dejan ayudar. Si trato de cambiar la realidad a mi manera, la termino pagando bastante caro. ¿Cómo? Fácil, personas como yó sufrimos una vida solitaria y somos los culpables de todo. Cargamos con el peso de todos y también la vida de nosotros. Siempre terminamos solos y perdiendo todo. Nunca somos felices y si lo llegamos a ser, jamás dura. Siempre pasa algo en lo cual la vida nos termina arrebatando aquello que tanto quisimos y nos esforzamos para tener.
Despierto de mi trance de pensamientos cuando siento que alguien tira la puerta de mi armario bastante duro, como para causar un escándalo. -¿A ver y a quién tenemos aquí?- Dice un chico del cual todos conocen, Jeremías. -¿Ahora que quieres?- Digo algo irritada. Ha cometido un grave error invadiendo mi espacio -¿Quién era el chico con el cual andabas ayer?- El me pregunta sonriendo maliciosamente.
Rápidamente le doy una patada en su lugar íntimo y lo reviento contra los armarios. -Nadie que te importe, escoria.- Me marcho después de haberme asegurado de que el no se podría recuperar hasta unos días después. Sip, tengo un carácter bastante fuerte y me vale mierda lo que la gente piense de mi. Por si no lo he hecho bastante claro ya, detesto los humanos, en específico los que se creen la gran mierda y no valen ni la mitad de la leche que nos dan en la cafetería.
Al parecer mi día tenía que ser más hermoso, ya que tropiezo con algo y termino haciendo que la persona que iba en frente de mi se cayera. Causando que yó, terminara encima de tal persona.
-Demonios...disculpa. No fue mi intención.- Digo rápidamente levantándome y cuando le voy a dar mi mano a la persona, me encuentro con unos ojos azul oscuros, muy brillantes añado. Suspiro profundo. 'Hoy si que no es mi día.' Él me sonríe, creo que sonrió de verdad, ya que las próximas palabras que salen de su boca, jamás las había escuchado de él. Ya que desde el primer día que llegó, se hizo bastante claro de que no quería hablar con féminas.
-Hola, enana.-
Bueno mis amores, aquí tienen el primer capítulo. Espero que haya sido de su agrado, yo si quedé satisfecha con lo que he escrito. Bueno, hasta luego 🥰😘😘 👋🏻
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𝘊𝘢𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦
RomanceSiempre nos enseñaron a que no debemos jugar con fuego, pero nunca nos enseñaron cómo lidiar con el desastre que deja después del incendio. ------------- -Porque el infierno seguramente va arder.-