13. "Calentura."

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–Jeremías.– Le susurré mientras el continúa besando mi cuello. Lo tomo por los hombros e intento empujarlo para que así se detenga, pero este se hace el difícil y no me hace caso. Comienza a desabotonar mi camisa y acariciar mis brazos tiernamente.

–Jeremí...– Él me calla besándome con desespero y deseo. Le correspondo el beso pero me comienzo a sentar derecha.

–Deberíamos parar.– Aún con esto dicho él continúa besándome.

–Deberías dejarte llevar.– Él toma ambas de mis manos colocándolas en su pecho, yo tomé la iniciativa rápidamente y comencé a desabotonar su camisa. Algo en mi mente seguía diciéndome que esto no era lo correcto, que debía estar en el salón de clases tomando el examen de química. Sin embargo, aquí estoy, prácticamente follandome al chico más deseado entre los mensajeros y humanos.

–Joder, sos tan bella. Te lo juro que si pudiera, no te dejaría salir de aquí nunca.– Él me besa la mejilla para luego soplar suavemente en mi oreja y comenzar a besarla hasta bajar a mi cuello.

'Maldita sea, aún me conoce demasiado bien...'

–Rubí, ¿qué quieres? Dímelo que es tuyo.– Él me acaricia el muslo izquierdo, mientras su otra mano explora mi espalda, y no hablemos de su boca. Pura maravilla es lo que hace.

–Quiero que me hagas algo que nunca le has hecho a nadie.– Le susurré intentando aguantar un gemido que amenazaba escapar de mis labios.

–Concedido.– Besó mis labios con ternura y lentamente comienza a desabotonar mi camisa.

–Vaya, vaya, ¿soy yó o hay demasiada calentura en este salón?– Dice una voz masculina atrás de nosotros.

–Vaya Denver, nunca te cansas de interrumpirme el momento, ¿cierto?– Dice Jeremías cubriendo mi rostro con sus brazos e pegando este mismo a su pecho.

–Bueno, siempre que te necesito, estás follando a alguien. Por cierto, ¿quién es esta vez? Déjame ver, comparte de la diversión.– Se escucharon pasos acercarse, pero Jeremías fue más listo. Se sintió una presión inmensa y en la sombra del piso se podían ver alas saliendo de su espalda, aunque no estuviesen completamente ahí para el ojo mortal.

–¿La escondes y todo, eh? Vale, sabéis claramente que lo sabré. Ahora, apúrate. Valeria te necesita, dice que es algo importante. Tiene que ver con la híbrida de Rubí.–

–No la llames así, mortal.– Él me sigue abrazando pero endereza su postura.

–Soy mensajero, no importa si sea mortal o no.–

–Sigues siendo una completa escoria para mi. Ahora lárgate.– Con esto dicho se sintió la presión del salón bajar de una vez por todas.

–¿Estáis bien?– Él toma mi rostro entre sus manos y me mira fijamente a los ojos.

–Si...– le digo en pérdida de palabras. El tal Denver me ofendió con su comentario tan pequeño, pero aún hiriente.

–¿Quieres irte de aquí?– Él me dice y yo asiento.

–Bien, es una cita.– Él sonríe y besa mi nariz tiernamente.

–Bombón.– Él dice y me besa ambas mejillas.

–¿C-cita...?– Digo algo confundidla. Él solamente asiente mientras se arregla la camisa.

–¿Hace cuanto no salimos sin pelear, cosita?– Él me toma de la mano rápido y corremos del salón hacia los pasillos de la escuela.

–¿A donde vamos?– Digo un poco agitada por la falta de oxígeno, aún así seguimos corriendo.

–A donde sea que los pies nos lleven, mientras más lejos mejor. Además, aún no se me ha bajado la calentura, bombón.– Él me guiña el ojo.

¡Hola! Tanto tiempo, espero que vosotros se encontráis bien.  Ojalá y el capítulo os guste, realmente no sabía que escribir hasta hace un rato, debido a un pequeño bloqueo. Pero bueno, eso ya no viene al caso, más capítulos vendrán pronto. Quizás más pronto de lo esperado, pero vosotros estáis pendientes que la cosa apenas se pone candente.
Pues, no tomo más de su tiempo.
Hasta luego.

Se despide,
Anne.

Posdata: El chico que se encuentra en la fotografía es como me imagino que Jeremías se ve en vida real.

𝘊𝘢𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora