||Actualidad, capítulo siguiente de el número 8.||
-Póntelo.-
-No.-
-Vamos Rubí, no seas inmadura. Agradece que te dejó usar un vestido espectacular y de hecho bastante caro; y póntelo.- Suspira Alan, frustrado ante mi negación de ponerme dicho vestido. Como ya pueden notar estos dos no logran convencerme de ponérmelo, realmente no me siento cómoda. Evelina tendría que ajustar la parte de arriba, no tengo mucho de frente, todo está atrás. Mi cuerpo es tipo pera petite, significando que tengo caderas bastante anchas, incluso se puede decir que hasta más que una chica con cuerpo tipo reloj de arena, y todo atrás. Sin embargo, mis pechos no fueron tan afortunados, no es algo que le resté tanta importancia; al menos hasta que me hicieron probarme este traje. No sé porqué, pero me sentí inferior por unos segundos; creo que es algo de chicas normales, y yo acabo de experimentar tal sentimiento.
-O te lo pones tú, o juro que entro y te visto yo mismo, y sabes que soy capaz.- Escucho la voz frustrada y molesta de Alan.
-No es bueno que digas eso en frente a tu novia.- Respondo con repugnancia.
-¿Sabes qué? De acuerdo, no me das ninguna otra opción.- Dice Alan y de momento la puerta del baño tipo probador se abre. Alan me mira y casi se muere por lo que ve, no sé qué exactamente fue pero me mira con ojos de asombro.
-Te ves hermosa...- es lo único que maneja susurrar.
-No me coquetees cuando tu novia está en el otro cuarto.- le respondo de manera juguetona.
Alan y yo naturalmente coqueteamos, pero solo porque no nos vemos de esa manera. Es algo normal entre nosotros. Miro al suelo nuevamente, me encuentro sentada en el piso, bueno, hasta que Alan extiende uno de sus brazos y me da la mano para ayudarme a levantarme. Yo no peleo más y acepto que me ayude. El me revuelca el pelo de manera juguetona y yo le doy un puño en su brazo izquierdo, el solamente se ríe.
-Vaya, vaya. Estás hecha toda una hermosura, y tú bien boba quejándote. Solo necesitas apretar un poco la parte de arriba, permíteme a mi.- Dice Evelina, dirigiéndose a donde estoy.
Siento que alguien aprieta más los lazos de amarre y se nota la diferencia entre lo suelto que estaba antes, y lo apretado que se ve la parte de arriba ahora. Los ajustes ayudaron bastante, me siento un poco más cómoda.
-Va, se ve hermosa. ¿Qué tú opinas, Alan?- Alan mira hacia donde me encuentro, yó le sonrío tímidamente.
El solamente asiente con su cabeza, supongo que es un poco incómodo ya que la chica que le interesa; se encuentra frente a él. Yo noto la tensión y rápido decido en darles espacio.
-Iré afuera por un poco de aire.- Ellos dos solamente asienten.
Rápidamente salgo de la habitación y me dirijo a la entrada principal, con mi celular obviamente. Ya estoy maquillada y mi pelo está bien arreglado, Evelina quiso destacar mis rizos ondulados. Hizo un trabajo espectacular, siendo completamente sincera. Mi maquillaje fue de acuerdo con el vestido y mi tono de piel, que es bastante pálido. Ella quiso hacer que mis pecas resaltaran así que les dio un toque de brillo, que hace que se noten dichas manchas naturales.
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𝘊𝘢𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦
RomanceSiempre nos enseñaron a que no debemos jugar con fuego, pero nunca nos enseñaron cómo lidiar con el desastre que deja después del incendio. ------------- -Porque el infierno seguramente va arder.-