𝘊𝘢𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦

14. "Succo di demone."

–Quizás tengas un mal presentimiento de esto, pero confía en mi cuando digo que, realmente no es como se ve.– Dice Jeremías mientras me da una copa, dentro de esta se podía ver un líquido verde y en la parte de el fondo era rojo.

–¿Tiene drogas?– Le pregunto asustada.

–Prueba niña, te aseguro que no es drogas.– Él me lo empuja en la mano y yo asiento, tomé un pequeño sorbo y sorprendentemente era dulce y agradable. Sabía un poco amargo, pero eso era lo de menos.

–Está bueno.– Asiento mientras tomó pequeños sorbos de la copa de cristal.

–Te lo dije, bombón. 'Succo di demone'.– Él sonríe y toma de su copa, aquella que contenía lo mismo que la que yo sostenía en mis manos.

–¿Jugo de demonio?– Lo miro perpleja.

–Es igual de efectivo que el alcohol, pero poco más sofisticado. Con un pequeño toque de sangre de demonio, y mucha miel de las abejas celestes. Inventado en el 1896, por los mismísimos ángeles.– Jeremías toma mi mano y yo asiento. Realmente este chico era demasiado inteligente, sin embargo siempre está con nosotros, en especial conmigo. Pese a todas nuestras bajas, siempre tendremos más altas.

–Vale, pero explícame algo, ¿porqué contiene el porcentaje de sangre de demonio?– Jeremías termina su copa y ordena otra para nuevamente mirarme una vez más.

–El secreto de esta delicia, es que está supuesto a alterar nuestras mentes. Para poder matar a nuestros enemigos, tenéis que conocedlos mejor, ¿no? Con esto me refiero a que la sangre comienza a expandir nuestros conocimientos mentales, tenemos sus memorias y algunas que otras habilidades, además de eso; está de madres el sabor. ¿No crees, bombón?– Él besó mis labios rápidamente. Yo sonrío y asiento.

–De todos modos, sabe bueno, y es una buena manera de comenzar nuestra cita.– Él aplaude y comienza a reírse.

–Por supuesto, pero no nos quedaremos aquí mucho tiempo. Tenemos otro lugar que visitar. Esto es solamente el aperitivo, por decirlo así.– Él se encoge de hombros.

–¿Tenéis otra sorpresa más?–

–Cariño, contigo siempre tengo nuevos trucos. Ahora, ¿vayamos?– Él extiende su mano para yo tomarla e irnos.

–Vale, vayamos.– Suspiré y tomé su mano luego de terminar mi bebida.