juntos o no

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Capitulo 27.

Pov de Robin.

Escucho unos pitidos cercas míos, la cabeza me da vuelta. Odio esta sensación aunque debería estar acostumbrada con tantas náuseas y mareos de estas últimas semanas. Giro mi cuerpo acomodándolo a una superficie blandita y con un olor muy familiar. Un olor a metal y sake inundaba mis fosas nasales. Acerque mi nariz profundizando más, oliendo el delicioso olor.

Sentía tanta paz, seria plena si no fuera por los pitidos y el dolor de cabeza pero poco me importaba. Mi cuerpo se sentía como una pluma, que parecía que estaba flotando. Escuche unos pasos acercarse pero los ignore por completo. Por un momento no quería despertar del dulce sueño. Además de que mi cuerpo estaba tan lastimado que no sabía con seguridad si podría soportar dar un simple paso. Creo que antes me aplastaría por el peso de la gravedad.

Respire fondo. No recuerdo la última vez que dormí sin ninguna preocupación en mi espalda.

De repente los pasos fueron más profundos acompañado de un portazo en la puerta. Un olor fuerte a sangre me invadió y los gritos de Chopper medio llorando me perturbo. No entendí lo que gritaba pero sabía que estaba sollozando, pero no sé el motivo.

Un mal presentimiento recorrió hasta la última célula de mi cuerpo. Abrí los ojos lentamente, me pesaban una tonelada los parpados, pero aun así no me rendía. Intente varias veces que mis ojos no se cerraran. Mi vista era borrosa y limitada, pero reconocí a mis nakamas, Nami y Luffy. Observe como corrían de un lado a otro con un montón de utensilios de medicinas pero en especial vendas y algodón.

-Necesitamos más venda.- escuche a Chopper gritar desesperado. Como si una tragedia se acercase. Desee tanto preguntar que ocurría y si podía ayudar, pero no tenía fuerzas ni para estar consciente.

-¡Rápido!- por el tono que utilizaba mi capitán tenía que ser una situación muy grave.

-No podemos dejarle morir.

-¿Suero? ¿Dónde narices está el suero?

¿Quién? ¿Quién va a morir? Quise tanto preguntar que ocurría y quien iba a morir, pero mis labios no se movían. Estoy frustrada por no poder hacer absolutamente nada por mis nakamas. Concentre mis fuerzas para llamar la atención.

-¿Quién…?- me costaba tanto hablar, parecía que tenía una daga clavada en mi cuello y poco a poco me la sacaba a sangre fría.

Al parecer funciono, Nami se me acerco muy preocupada acariciándome la frente, pero no sirvió de nada porque a los pocos segundos mis fuerzas desaparecieron y caí otra vez a los brazos de Morfeo. No entendía nada, tampoco es que poseyera fuerzas para pensar o averiguarlo. Era tan frustrante.

Tan lejanas se oía las voces de mis nakamas.

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Una pequeña brisa acariciaba mis mejillas obligándome a abrir los ojos. Me encontraba muchos mejor. El olor a metal y sake era más fuerte, puede ser a causa de la brisa. Abrí los ojos lentamente, la habitación estaba oscura me intente incorporar pero mi cuerpo cedió a mi peso. Lo intente de nuevo, una punzada en el brazo y la pierna me entorpeció pero eso no me detendría.

¿Quien eres tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora