¿Quien eres tu?

capítulo XXIX

Capitulo 29 (Final)

Pov de Robin.

Acabamos de llegar una isla de invierno, la primera sensación fue paz, ya que por culpa de la Marine tuvimos que desviarnos mucho de nuestro destino. Desde que se publicó de que yo estoy muerta y que nos enfrentamos al Gobierno Mundial sin dudarlo ni un segundo muchos piratas, bandidos y marines han intentado matarnos.

Estos días no hemos tenido ni un respiro y cada día me frustraba más porque mi cuerpo cada día se debilitaba por la culpa de mi pequeño o pequeña, pero me da igual, soportare cada mareo, nauseas, peleas por proteger a nuestro hijo o hija. No quiero saber el sexo de mi bebe, quiero que sea sorpresa, lo único que quiero es que nazca sano y sea feliz, darle la vida que yo no tuve.

Acaricie mi voluptuoso vientre, se notaba de que ya estoy de 16 semanas. Ya siento las patadas de mi pequeño, es tan revoltoso e inquieto que su padre. Algunas veces desearía que fueras tan dormilón como tu padre, pero eso significa que mi bebe está sano y eso me hacía muy feliz y más sabiendo que estoy en un embarazado de riesgo. Me paso 24 horas al día en la enfermería haciéndome pruebas, analíticas, ecografías…soportaría eso y más por él o ella.

Lo único que hago es dormir, comer, leer y descansar. Koala no me dejaba hacer absolutamente nada y menos estresarme o agobiarme y siempre se lo agradezco pero quiero unos segundos de paz, donde pueda estar sola y dar un pequeño paseo por cubierta sino ser vigilado por miles de ojos, como si fuera una bomba a punto de explotar.

Por suerte hoy Dragon me permitió dar una vuelta, después de asegurarse de que no hubiera peligro para ninguno. Agradecida corrí rápidamente por una chaqueta enorme para no congelarme y dar un pequeño paseo.

Esta isla era agradable, nevaba levemente, todo estaba cubierto de blanco y una brisa heladora acariciaba mis mejillas, no se escuchaba ni un ruido. En el fondo me daba un poco de miedo, que mis sentidos estaban alerta, pero poco a poco me fui relajando a descubrir que lo más peligrosos que podía pasar era que me atacara unos lindos conejos o un pequeño ciervo.

Seguí caminando hasta encontrarme un pequeño ciervo acompañado de su madre, me dio tanta ternura como ver que su madre le ayudaba a coger las plantas elevadas que el pequeño no podía alcanzar. Como un auto reflejo abrace mi vientre de forma maternal.

-Nunca te abandonare.- dije esas palabras porque yo no iba a cometer los mismos errores que mi madre. Abandonaría mi sueño si con ello te mantendría a salvo.

Seguí caminando sin alejarme de la costa por seguridad. Esa imagen me caló muy fondo, porque también me recordaba al pequeño doctor, a mi pequeño renito que tanto amaba. Le añoraba tanto.

Desde hace unas semanas no recibo una llamada de Zoro o de una carta y eso me tiene muy preocupada. Me prometió que cada día me enviaría una carta o una simple llamada, pero no. Le envié miles de cartas y llamadas pero tampoco recibía respuesta. Seguramente estaba ocupado enfrentándose a miles de enemigos para hacerse más fuerte. O puede que me haya olvidado y este con otras mujeres.

Negué con la cabeza, otra vez me estoy imaginando cosas irreales, conozco a Zoro y mas, confió en el. Pero no puedo evitar preocuparme con él, desde el primer momento, nunca dejare de preocuparme por él.

Suspire un poco agotada, las primeras semanas fue muy difícil para mí separarme de mis nakamas en especial de él. Lloraba un montón y más cuando tenía esos cambios de humores, cuando me iba la cama y tenía frio y lo único que deseaba que me abrazara, pero cuando más le echaba de menos eran cuando iba a revisión y el doctor de abordo decía que nuestro bebe estaba perfectamente, deseaba tanto que me apretara la mano y con la mirada me dijera que todo estaba bien y que nunca me dejaría sola.