Un príncipe, una princesa y un simio despistado

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Esta petición fue hecha por @deidy2015
¡ojalá te guste!

Era día de fiesta.

Bulma estaba decidida a que la torpeza de su gran amigo Goku no fuera la causante de largos periodos sin verse toda la pandilla Z. Por eso, cada cierto tiempo, organizaba una espectacular fiesta sin motivo aparente y los congregaba a todos a su hogar, llenándolos de obsequios y comida. Era lo menos que podía hacer por ellos, y es que les quería mucho y deseaba poder demostrarles su cariño con mimos cargados de excentricidad.

Su infalible aliada para organizar esas juntas -a pesar de lo que pudieran pensar varios- era nadie menos que Son Milk. La madura mujer que tildaban de amargada e histérica en realidad era alguien que con entendimiento aprendió a querer a todo ese grupo de rebeldes, a los que ya no eran sólo amigos de Goku, sino los suyos también, y poder aportar para que todos tuvieran un momento de comunión era lo que la motivaba a apoyar incondicionalmente a Bulma y sus ganas de festejo.

Así pues, cuando la fiesta y los asistentes ya estaban confirmados, Milk se iba un día antes a la Corporación Cápsula, para ayudar en todo lo que pudiese en la organización. Había de todo; fuegos artificiales, bailarinas exóticas, juegos de feria y por sobre todo, mucha comida. Toneladas. Una parte de ella hecha por los chefs más reconocidos del mundo y otra parte hecha por Milk. La suya la ponían en el centro del lugar de reunión para que fuese la que acaparaba la atención y la primera que comieran, algo así como una tradición. Todos siempre alababan su buena mano en la cocina y seguro esta vez no sería la excepción.

—¡Tanto tiempo, chicos!

El gran grupo de amigos se saludó con cariño y fraternidad, todos conversaban animadamente y se deleitaban con los manjares de Milk, incluido el marido de Bulma, que devoraba discretamente varios platillos a la vez. La mujer Son sonrió con orgullo y algo de gracia, lo que provocó que Vegeta volteara hacia ella con su ceño fruncido en duda.

—¿Por qué sonríes?—cuestionó él con su tono usual de brusquedad.

—Oh, es que me pareció que Vegeta-san come con muchos modales.—comentó ella amablemente.

El hombre tragó su comida enderezándose y sonrió orgulloso.

—Por supuesto que tengo modales, mujer, soy el príncipe de los saiyajin.

—Yo también soy una princesa.—confesó Milk con aires altivos—De la montaña Frypan.

Vegeta bufó mirándola con falsa sorna, pues conocía el carácter de la mujer, y lo que planeaba hacer se le avecinaba muy divertido.

—No hay comparación entre un montículo de tierra y un planeta entero.—comentó desdeñoso. Con satisfacción apreció cómo los rasgos de la esposa de Kakarotto tomaban un matiz irritado.

—Es cierto, y me alivia en cierto modo...—le dio una mirada de reojo al saiyajin y sonrió por enésima vez—Yo represento a humanos trabajadores y humildes, Vegeta-san a simios sin cerebro.

Milk 1- Vegeta 0.

—Hmp.— el orgulloso príncipe tragó grueso y respiró profundamente, bien, aquella mujer tenía agallas, lo reconocía, y le gustó de cierta manera. Finalmente encontraba a alguien con quien poder discutir sin llegar a necesariamente a los golpes.

En una mesa alejada de ambos príncipes, Goku compartía una gran cantidad de comida junto a Bulma y sus hijos. El momento era ameno y la comida deliciosa, pero sentía que algo le faltaba.

—La tía Milk lleva mucho rato conversando con mi papá.—comentó Trunks inocentemente, sin fijarse en lo que su comentario podría ocasionar.

—Bastante...—masculló Bulma con voz escalofriante que espantó a los más pequeños. Goku alzó la vista de su plato y observó fijamente a su esposa y rival, que conversaban muy de cerca y con una confianza que no se les podría atribuir a ellos. De pronto, el festín ya no le sabía tan bien.

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