Escritos GoChi

Perdí mi fuerza | Capítulo seis [3/3]

No pudo salir de su aturdimiento porque su otro yo le propinó un puñetazo que lo mandó a volar. Se sobó la zona afectada con vergüenza y se sorprendió cuando sintió sus ojos escocer por las lágrimas.

La verdad dolía más que los golpes.

—Siempre lo supiste, ¿cierto? Sólo no quisiste escucharme, por eso ahora te afecta tanto.

Goku no decía nada, no tenía defensa alguna. Todo lo que decía su yo interno era absolutamente real. Siempre supo en su ingenuidad que no era tan tonto como lo parecía y que sí podía percibir todas esas cosas que los demás creían que no entendía, pero lo suprimió e ignoró, convenciéndose de que todo lo hacía por el bien de sus amigos y la tierra. Ahora se daba cuenta de que no, que actuó en más de una ocasión por mero egoísmo y todo el bien que creyó causar conllevó dolor consigo. Finalmente lo comprendió, pues sintió esos tormentos en su pecho, ese daño provocado por sus acciones y decisiones egoístas.

—Perdón...—cayó de rodillas ante su rival, apretando su pecho entre las manos, sintiéndose un verdadero villano. Él no era ese ser desinteresado y altruista, era un simple guerrero apasionado que mayormente miro por sus objetivos, sin darse cuenta de ello, pues nadie nunca le encaró como ahora, diciéndole a la cara las cosas que sabía había hecho mal. Todos le hicieron creer que era un héroe y él se lo creyó.

Sin planearlo, Goku comenzó a llorar. Lloró por sus amigos, que murieron o sufrieron por él, esperando a que llegara para salvarlos, incluso cuando no llegó. Lloró por sus hijos, a los que nunca entregó lo que era debido y lloró más fuerte por Milk. Sobre todo por Milk. Ahora entendía todo, al fin lo entendía todo...

De pronto, se comenzó a desintegrar. Miró a su otro yo con alarma pero este le sonrió, ya no de manera mezquina ni oscura, sino cálida y con entendimiento. Sus ojos ya no eran más rojos sino negros, su exacto reflejo. Goku desapareció de aquel plano y su contraparte se fundió con él, convirtiéndose en uno al haberse arrepentido de los mismos pecados.

Ese día, el aclamado salvador de la tierra fue encontrado muerto en su casita entre las montañas. Su semblante parecía en completa paz y sus labios regalaban una última sonrisa.

—

Justo el capítulo final, acompañado de diez mil leídos. 🌟 No tengo palabras, no tanto por la cantidad de gente que lo ha leído, sino por el camino que hemos atravesado juntos, sin proponerlo. Quiero agradecer con especial consideración y cariño a aquellos que siempre están comentando y expresándome lo que sienten sobre mis escritos, son quienes a veces me sacan de las tinieblas con sólo comentar una estupidez, o dejándome un mensaje en el tablero. 💕 A ustedes, mis queridos, les entrego un trocito de mi corazón.

¿Se les ocurre una dinámica o celebración por los 10k? ¡Les agradecería mucho algunas ideas!

La próxima actualización será el epílogo, después, vendrán las peticiones. Más tarde, sólo Dios sabe. 😂 Espero les haya gustado mi historia hecha con cebolla. ♥️

HLena.