El vecino [3/3]

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—¿Luchar por ella? Maestro Roshi, si peleo con el vecino, puede que lo mate por accidente.

Goku soltó esas palabras inocentes que sonarían macabras si no se supiera lo puro que su corazón era. Aunque Kame Sennin negó efusivamente, dándole un trago largo a su cerveza y tomándolo del hombro.

—¡No seas tonto! No hablo de luchar literalmente, sino de demostrarle a ella que tú eres mucho mejor que el tal Yuyi.

Goku se despidió de Muten Roshi cuando este cayó ultimado por la borrachera. En su camino a casa, sentado sobre su nube voladora, consideró las palabras de su maestro. ¿En qué era mejor que el vecino? Lo primero que venía a su mente eran las artes marciales, pero sospechaba que aquello no serviría en un duelo amoroso. Rápidamente se dio cuenta de su desventaja, aunque contaba con algo difícil de superar; él era el marido y el hombre que Milk amaba. Así que si mejoraba sus otros aspectos como hombre, el vecino ya no tendría oportunidad contra él. Estaba decidido.

Abrió la puerta tan fuerte que hizo brincar a su esposa del susto. Se quedaron mirando un rato; Goku con intensidad y ella con extrañeza. Para Milk él siempre fue alguien peculiar, pero últimamente estaba superándose a sí mismo.

—¡¿Qué diablos?! ¿Goku?

Él sonrió, sabedor de su próxima batalla y sintiéndose ansioso.

—Mañana conseguiré un trabajo. —Hizo una pausa, evaluando la reacción de su esposa; incredulidad—. Iremos a comprarme ropa y con mi primer sueldo te regalaré ese vestido que te gustó la otra vez. También quiero que tengamos unas vacaciones familiares. Y...

—¡Goku! ¿Qué pasa, por Kamisama, que me dices todo esto de pronto?

El saiyajin se acercó a su mujer, estirando su brazo para quitar el lazo de su pelo, cayendo este largo y lacio. Milk abrió grandes los ojos cuando su esposo la tomó entre sus brazos, sonriendo de esa forma pícara que sólo con ella mostraba.

—Nada, sólo quiero pelear otro tipo de combate. Ahora, tendremos nuestra primera cita después de muchos años e iremos a nuestro lugar que tanto te gusta. —Milk se sonrojó, sabiendo lo que le aguardaba—. Espero que Gohan y Goten sepan cocinar, porque no volveremos hasta mañana. ¡Te demostraré que soy mejor, y mucho más fuerte, que el tonto vecino!

A pesar de todo lo que se podía decir de él; era verdad que siempre cumplía sus promesas, su palabra no era vana. A Milk le entraba una risa incontrolable cuando recordaba que el propulsor del cambio de Goku había sido el señor Touyi, del que no supo más después de que este vio cómo Goku tumbaba un árbol ante sus narices. Pero daba igual ya el causante, porque lo relevante era lo ocasionado gracias a los inusuales celos. Su esposo había cambiado para bien y le estaba agarrando el gusto a la vida cotidiana, como esos tiempos de paz tan agradables que compartieron antes de que llegaran los saiyajin. Y finalmente podían disfrutar de esa vida familiar y marital que ella tanto anheló.

Le costó sudor y esfuerzo, pero después de todo, Goku se había librado de la sombra de los celos, ya que gracias a estos él y su familia eran más felices que nunca. Quizá no era mala idea que cada cierto tiempo se le presentara un rival de ese tipo, pues le emocionaba pensar que podría derrotarlos con sus magníficas cualidades y técnicas más allá del campo de batalla.

Jeje, y pues, hasta aquí la mini mini historia. Espero les haya gustado.
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Pronto les traeré tres escritos más que hice por un reto.
¡Nos leemos!

HLena.

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