Capítulo 3

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Plagg el Dragón, estaba sentado adentro del castillo tapándose los ojos y mirando por las pequeñas ranuras de sus dedos entreabiertos.
Cuando el Príncipe dio el paso para salir, las paredes del castillo y la torre comenzaron a hacerse transparentes.

Plagg asustado, se tapó los ojos, ya ni siquiera quería ver por las ranuras de sus dedos. Y de pronto todo el castillo desapareció; la torre, las antorchas, el piso, las paredes... ¡todo!

¿Todo?

¡Todo!

Chihuahuas.

Sólo quedó Plagg sentado en medio de una pradera verde y el Príncipe sonriente delante de él. El Príncipe era libre al fin, para vivir y ser lo que siempre había soñado.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

¡¿Estás loca?!

¿Por qué?

¿Cómo crees que aquí se va a acabar el cuento?

A mí me parece un buen final.

A mí también.

Ya conseguiste lo que querías Adrien, eres libre.

¿Y?

¿Y qué?

¿Y qué más?

No lo sé Príncipe, mi cuento originalmente terminó, páginas!

¡Pero falta!

¿Qué falta?

Todo lo demás, no puede acabar aquí así como así. Este cuento tiene que terminar algún día, ¿sabes?

Sí, pero no ahorita.

Pero este es un buen final, estás contento, saliste del castillo, venciste al Dragón del Miedo. Es un muy buen final. ¿Estás de acuerdo?

Estoy de acuerdo. Que este sea... ¡un final de capítulo! -me dijo el Príncipe sonriente como si esa fuera una gran idea.

No puedo hacerlo final de capítulo, acabo de empezar el capítulo tres. Pues tampoco puedes terminar un cuento comenzando el capítulo tres, eso es absurdo.

Tal vez éste todavía es el capítulo dos.

¡No! Ya escribí el numero tres al principio de la hoja pasada. ¿No te diste cuenta Plagg?

No, me estaba tapando los ojos... ¿No te diste cuenta, Escritora? -me contestó el Dragón mal educado. Chihuahuas.

Bueno, termina el capítulo y sigamos con la historia, que me muero por saber qué va a pasar. ¿En qué momento se me ocurrió escribir este cuento? ¡Acaba ya, que no aguanto más!

Está bien... decía, sólo quedó Plagg sentado en medio de una pradera verde y el Príncipe sonriente delante de él. El Príncipe era libre al fin, para vivir y ser lo que siempre había soñado.

Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado.

Y colorín colorado Miraculous aun no se ha acabado// Adaptación MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora