Capítulo 20

37 1 0
                                    

Habían pasado 20 años...

La Escritora se encontraba afuera de la casa de el Príncipe, todo estaba tranquilo, había más casas que hace 20 años pero seguían existiendo esa paz y tranquilidad que da el bosque.

Era un día normal, la Escritora cruzó la cerca de madera y se dirigió a la puerta de la casa...

¡Hey, Escritora! -oí una voz, cuando volteé pude reconocer a... ¿Marinette?

¿Vienes a buscarlo? -sonrió con una mueca que claramente significaba "no lo puedo creer".

No lo puedo creer -te lo dije lector, nunca me equivoco. Él sabía que vendrías.

¿De verdad?

Sí. Sólo que no sabía cuándo. Ese Principito fue un Principito tremendo.

¿Fue?

Así es -bajó la mirada triste. Ya no está con nosotros Escritora, -los ojos se me humedecieron inmediatamente. Marinette levantó la mirada y sonrió. Pero ha dejado algo para ti, ven, sígueme.

Entré a la casa detrás de Marinette.

Me dijo que tenía que ponerte al tanto -me comentó Marinette, mientras buscaba adentro de un baúl.

¿Al tanto?

Así es, yo ya lo sé todo, después de que terminó el cuento allá en la casa de Alya, Adrien y yo nos volvimos a ver, nos hicimos muy buenos amigos y unos años más tarde nos casamos. Yo sólo quería verlo feliz. Con tantos hijos que venían a visitarnos ya no quisimos tener más.

¿Volvieron los hijos de el Príncipe?

¡Y con nietos! Adrien los sentaba todas las noches y les contaba tu cuento, decía que tenía que compartirles su riqueza. Él llamaba a tu cuento Y colorín colorado Miraculous aún no se ha acabado porque siempre decía que faltaba el final, que no se había escrito todavía y que algún día regresarías tú para terminarlo de verdad. ¡Y aquí estás! Estaban muy conectados él y tú, ¿verdad?

Supongo que sí-los ojos no paraban de humedecérseme.

Pues déjame decirte que fue muy feliz -sacó un sobre. Toma, esto es para ti.

En el sobre se podía leer "Para mi querida Escritora".

Abrí rápidamente el sobre, y comencé a leer la carta que decía así:

Mi muy querida Escritora:

Si estás leyendo ahora esta carta es porque Alya tenía razón, cuando uno tiene tan claro el presente puede casi adivinar el futuro. El lazo que nos unió durante tantas páginas me hizo saber que volverías, no sabía cuándo, pero estaba seguro de que lo harías.

Estoy sentado en la ventana de mi casa, es una noche fría, tal vez la más fría de todas las noches... no se me olvidará jamás. Marinette acaba de dar de cenar a mis ocho nietos. ¿Puedes creerlo? ¡Ocho nietos! Marinette te habrá contado ya que nos casamos, yo tenía mis dudas, pero en verdad es una mujer encantadora y logró convencerme. Ella ha sido mi verdadera princesa azul.

Estos años han sido los años más maravillosos de mi vida, he tenido momentos buenos y momentos malos. André estuvo muy enfermo, ahora está bien, pero estuvo casi a punto de morir y siempre tuve presentes las palabras de Alya: "Lo importante es la actitud que tengas ante las cosas". No sé si ésas fueron exactamente sus palabras, pero han hecho que mi vida cambie drásticamente.

Ahora yo estoy enfermo Escritora, me cuesta mucho trabajo concentrarme y se me olvidan las cosas fácilmente, pero dentro de todo estoy bien. Dando un vistazo hacia atrás, sé que he vivido mi vida. No desperdicié un solo momento, por triste o terrible que me pareciera.

Lloré lo que tenía que llorar, sufrí lo que tenía que sufrir y reí todo lo que tenía que reír. ¿Y sabes algo? Esa es ahora mi mayor felicidad, he vivido todo a su tiempo, ya no apresuro las cosas y dejo que la vida llegue a mí. Sé qué es lo que sigue, pero el haber vivido mi vida, me da ahora el derecho de morir mi muerte.

Plagg El Dragón está aquí conmigo, al igual que Wayzz la tortuga. Me han sido muy útiles en el transcurso de mi vida; sabemos que nos iremos todos juntos cuando yo muera, pero por primera vez el Dragón no tiene miedo. Todos te extrañamos mucho.

En fin. Sólo quería hacerte saber esto: he sido muy feliz. Y te agradezco todo lo que hiciste por mí. Por pasar los capítulos a diestra y siniestra, por esperarme el tiempo necesario afuera de la Cueva del Pasado, por la manta de lana deliciosa que tiernamente me pusiste sobre la piedra, por el árbol de
manzanas, por el día aquel tan caluroso cuando salí de la torre, pero sobre todo, por escribirme y permitirme vivir en tu imaginación. Muchas gracias.

No me olvides nunca, que yo, a donde sea que vaya, jamás me olvidaré de ti.

Te amo, Escritora.

Cerré la carta, estaba llorando... pero estaba feliz.

Una sensación de fin de cuento me invadió, cuando escuché cerca de mí:

Todos presentes en la vida, a tantos del tantos del tantos. -Carraspeó la garganta y leyó su pergamino. Si el celador Nooroo se encuentra parado en la casa de el Principito Adrien con su ropa ceremonial de color dorado. Si está subido en su banquito de madera con aterciopelado rojo y además está leyendo este pergamino, será muy importante comprobar si la Escritora ha regresado a buscar a el Príncipe. Nooroo bajó el pergamino y volteó a verme, me sonrió, me guiñó el ojo y después continuó leyendo. Si Nooroo sigue leyendo este pergamino es porque la Escritora ha regresado, por lo cual, se puede concluir de manera inequívoca que la Escritora sintió que el cuento no se podía terminar en donde lo había terminado.

La Escritora no lo podía creer.

Yo, el celador Nooroo -continuó leyendo Nooroo, certifico dicho
acontecimiento. Y con todo el poder que me confiere la ley de la vida, escrita en el gran libro de la vida, en su artículo primero -tomó aire. Puedo decir ahora, que es evidente que la vida no se acaba hasta que se acaba, que hay que vivir hasta el final, sean las circunstancias que sean, porque mientras haya vida siempre, siempre, siempre, habrá un cuento que contar. Y colorín colorado este cuento, ahora sí, ya se ha acabado.

La ley ha hablado.

Y colorín colorado Miraculous ahora sí ya se ha acabado.

🎉 Has terminado de leer Y colorín colorado Miraculous aun no se ha acabado// Adaptación MLB 🎉
Y colorín colorado Miraculous aun no se ha acabado// Adaptación MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora