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"Practique con la almohada los besos que siempre desee darte."
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-Narrador omnisciente-
Armin mira su celular, el nombre de Eren brillando en su pantalla.
Desliza el botón rojo, evitando la llamada.
Sus mejillas están rosadas y no puede lidiar con el recuerdo que lo llena de una incontrolable vergüenza.
"Oh."
"De verdad lo hicimos", piensa.
Armin se pone de pie, dejando arrugas en la cama, sus ojos viajando hacía el suelo.
Sabe que no está haciendo nada bueno al ignorar a Eren, pero su vergüenza está siendo muy poderosa.
一Lo siento Eren, lo siento一murmura para sí mismo.
Sale de su habitación, dejando un completo desorden. Va hacía el baño y se mira en el espejo, él está hecho un desastre.
Si, un desastre muy vergonzoso.
Se mira en el espejo por segunda vez, bufando por lo horrible que se ve, sus pies descalzos chocando contra el frío suelo.
Busca con su mirada sus pantuflas de león para mantener sus pies calientes, las ve debajo de la mesa. Camina hacía la mesa y se pone las pantuflas, sonrie alegremente al sentir la calidez.
Se deja caer en su pequeño sofá, sus manos descansan sobre sus muslos.
El tono de llamada de su celular retumba en sus oídos.
