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"Las flores hacen felices a todos."
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-Narrador omnisciente-
Eren despertó por la mañana, en su cama y en ese instante sintió como si hubiese perdido algo, como sí sus propios sentidos le avisaran de algo qué aún no se había enterado.
Fijo su mirada sobre el techo, su cama se sentía diferente, vacía, había lejanía, había nostalgia sobre su pecho.
Busco su teléfono celular sobre la mesilla dónde colocaba su lámpara, marcó su número favorito, con el qué siempre mantenía contacto, una, dos, tres llamadas, ninguna había sido contestada.
Se levantó de su cama, se colocó una camisa, y tomó su abrigo del estante, al parecer hacia frío afuera, el viento incluso entraba por su ventana, sin más interrupciones, decidido caminó hacía casa de Armin.
¿Por qué no contestaba sus llamadas?, eso era demasiado extraño para Eren, suspiró algo abatido, no tenía que ser tan retrospectivo, Armin también tenía una vida que no tenía que ser solo para él, pero Eren necesitaba asegurarse de que Armin estuviese bien por lo menos.
Tocó la puerta una vez, y al instante la puerta fue abierta, Eren miro a Armin, estaba envuelto en sus sabanas, su nariz estaba roja, y se veía incluso más pálido de lo que era.
一Hola Eren一le saludo, su voz apenas era audible.
一Armin一lo abrazó, su temperatura estaba algo alta, Eren se separó del rubio y pasó adentro de la casa, cerró la puerta tras de sí, y dirigió a Armin hacía su habitación一deberias reposar一le ayudo a acomodar un poco la habitación.
Ni siquiera se atrevió a preguntar porque no había respondido sus llamadas porque era demasiado obvio, el rubio se había resfriado.
一Estaba esperándote Eren一volvio a hablar, envuelto en sus sabanas sobre la cama, aún sentía demasiado frío.
一Queria hacerte una llamada, pero no he podido levantarme seguido de la cama desde ayer en la noche, pero quería darte algo一aquello que quería obsequiarle lo tenía entre sus manos.
