一Flower Wall一Eremin.✨

"Un amor en común" (1#)

"Creí que los ángeles habitaban solo en el cielo."

-Narrador omnisciente-

<Armin>

Eran al rededor de las cuatro y media de la creciente madrugada cuando Armin despertó, dio un bostezo perezoso y restrego suavemente sus ojos.

Sintió tan pronto como se despertó por completo uno de los brazos de Eren sobre su cintura y sus rostros muy próximos.

Armin se detuvo a mirarlo en la densa luz que hacía presencia a través de las cortinas, vio tal belleza, la calmada respiración de Eren y su boca entreabierta dejando fluir suspiros, una pequeña sonrisa escapo de los labios de Armin, alejándose lenta y suavemente de Eren.

Y por lo que notaba el castaño no estaría despertando pronto, tomo una de las hojas y una pequeña pluma sobre le mesa de noche a un lado de la cama, escribió una pequeña nota para Eren, la dejo de manera que se notara que estaba ahí.

Tomo sus pequeños zapatos y se introdujo en el bosque, embelezado por su belleza, íntimo y misterioso a sus sentidos, apenas el día estaba comenzando.

Disfrutó del inmenso bosque a su alrededor, mirando con asombro cada árbol y planta del rocoso camino, el bosque un completo verde, verde que le recordaba a Eren y sus hermosos ojos.

Apresuró su paso, directo hacía la carretera, sabía que debía caminar bastante, quizás unas ocho cuadras hacía la ciudad, se encogió de hombros, era algo que haría solo por hacer feliz a Eren con alguno de sus postres, emprendió su camino, en silencio y en completa soledad, el sol apenas se empezaba a asomar por el lejano horizonte, sus pies dolían un poco, no estaba acostumbrado a caminar mucho, sin embargo hizo el esfuerzo.

Cuándo finalmente llego a su destino, atravesó las puertas de vidrio del local, una tienda con una extensa variedad de productos, no había decidido aún que podría preparar de postre para Eren, quizás prepararle un pastel de fresa y también obsequiarle algunos chocolates.

Tan pronto como la felicidad había llegado también se había ido.

Su corazón pálpito alterado, tan solo dos minutos, en ese instante noto aquélla persona con la bufanda dirigiéndose a alguno de los pasillos.

La bufanda roja...

Aún no sabía si eran enemigos, pero algo si sabía, tenían un amor en común.

Quiso moverse y esconderse entre todos los pasillos posibles para no ser encontrado por aquella aterradora mirada, sin embargo su muy mala suerte le había chocado justamente en la cara.

一¡Oh, Armin!一exclamo la chica, asombrada por su presencia.

Armin sonrió, nervioso y tímido ante la mención de su nombre, Mikasa le hizo una leve reverencia.

一¿Vienes conmigo, a tomar un café y charlar?一y sin aún recibir una respuesta afirmativa, tomó a Armin de uno de sus brazos y lo arrastró consigo hacia la salida, las compras ahora eran lo de menos.

El rubio se encogio de hombros, lo que sea que pasará ahora simplemente trataría de ignorarlo.

Caminaron al rededor de dos cuadras hacía la cafetería, era un lugar pequeño, con mesas de madera rústica, los ventanales eran en su mayoría grandes.

La campanilla avisó inmediatamente a los nuevos clientes que hace unos segundos acababan de ingresar por la puerta principal directo hacía una de la mesas, Mikasa miro a Armin, en silencio, casi en una meditación innecesaria.

一Ha pasado un tiempo一ella nunca sonreía, sin embargo había un pequeño rastro de felicidad en su serio pero bonito rostro一si se me permite decirlo.

Su bufanda siempre estaba limpia y mantenía ese color rojo, rojo como la mismísima sangre

一Pareces diferente一en el buen sentido, Mikasa tenía esa actitud seria y severa, como algo tranquilo y sin importancia.

Sus palabras desbordaron varios significados en Armin, quien se mantenía confundido y silencioso.

El hecho que para Mikasa el rubio parecía algo más diferente, incluso podría decir que Armin estaba tratando de huir en aquél momento, sinceramente no entendía el porqué.

一Si, mucho tiempo一apenas pudo responder, Armin se encogio en su asiento, ella iba a descubrirlo en cualquier momento, Mikasa lo estaba haciendo deshacerse en su propio miedo.

一¿Crees que no me he dado cuenta, Armin?一ella no quiso decirlo en ese tono tan profundo pero no podía decirlo de otro modo.

一Ya lo sé Mikasa, se lo que vas a decirme一su garganta se sentía seca一 pero, por favor, antes de que sucediera yo... Yo quise detenerlo...

一Esta bien Armin, no es algo que estoy reclamando一se sincero, acomodando su amada bufanda一de todos modos jamás se detuvo, yo estaba segura de ello.

Todo aquél miedo que estaba sobre su ser se esfumó poco a poco一¿Por qué lo mencionas?一ahora, su curiosidad se hizo presente一¿algo que deba saber?

Mikasa sonrió, una vez más一Si, en realidad hay muchas cosas que debes saber一miró el menú, buscando que podría ordenar一Lo estuve analizando durante un extenso tiempo, todo aquello que sinceramente nos detenía, siempre, yo estaba segura que no eran sus excusas tontas, la verdad, Eren se había vuelto bastante mentiroso los últimos días, y yo lo conozco muy bien, yo lo sé. Aunque hay cosas que no me corresponden decirlas a mí, simplemente me hacía una idea sobre ustedes y su relación de ahora.

一¿Y no estás molesta por eso?一se atrevió a preguntar, mordiendo su labio con levedad, y aunque quería saber más del como se había dado cuenta Mikasa, él dejo de lado el asunto.

一No, sinceramente al principio me moleste一le confesó, mirando por la ventana, hacía afuera, el mundo ajeno a su conversación一pero, claramente no había nada que yo pudiese hacer, ya se había acabado lo nuestro.

一¿Realmente ya no sientes nada por él, Mikasa?

Armin entendía bien que Eren al ser una estrella tan perfecta, habría alguien más, siempre habría alguien para el, y eso también incluía a Mikasa y sus sentimientos.

Y al tener a Eren consigo, era, era ese el motivo por el cual sentía demasiado afortunado.

一Yo tuve, esos sentimientos amorosos, pero ya no los tengo一le confesó con una leve sonrisa en su tranquilo rostro一 fueron momentos buenos y agradables pero ya se han quedado atrás. Ahora es tu turno de dar lo mejor de ti Armin, estoy segura que no es una tarea difícil, porqué entre todas las personas con las que Eren podría estar ahora, tu eres la más indicada.

Y si Armin se sintió muy feliz por esas palabras, nadie tenía porque saberlo.

"Si, son tus ojos azules mi amor."