Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato)

19 - Lo Quiero

Gary podía describir fácilmente la experiencia de encontrarse con Avocato como "extraña" e incómoda.

Aunque muy en el fondo, se sentía feliz.

El no esperaba verlo ahí, (o tal vez si).

Y más allá de solo verlo, también pudo hablar con el.

Después de disparos con blasters, relojes peligrosos y palabras no muy acogedoras, Avocato habló con Gary.

Y ahora podía entender un poco más el comportamiento de Avocato.

El problema era que saber solo un dato, orillaba al chico a querer saber todo de aquel ventrexiano.

Y por eso ahora, nuevamente estaba en el comedor, sentado en la misma mesa solitaria esperando a que Avocato llegara.

Por supuesto, comenzó con sus alimentos y volteaba "disimuladamente" para ver si el ventrexiano estaba cerca.

Y Gary hizo eso por aproximadamente media hora.

Cuando se dio cuenta, el ya había terminado y Avocato nunca apareció.

Se sintió un estúpido.

—Era... Era obvio. —miro hacia abajo decepcionado.

Y su mente comenzó a imaginar un sin fin de probabilidades en donde el ventrexiano no había ido solo por el simple echo de saber que el chico estaría ahí.

"Que idiota" se decía a el mismo, ¿Como fue que tuve la idea de que el regresaría así sin más?.

—No... El tiene pareja... Yo no puedo...

—Te recomiendo la fruta como postre, la gelatina no es muy buena —El ventrexiano se sentó con su respectiva bandeja.

El chico desorientado, vio que enfrente tenía una hojita con dos opciones para complementar su comida, justamente lo mencionado por el ventrexiano.

—Tu... ¿Tu qué haces aquí?... —pregunto Gary extrañado.

—Pues... Siempre cómo aquí. —respondio Avocato con tono de obviedad.

El chico lo pensó por unos segundos —¡Ah! Por supuesto...

Un silencio que no era incómodo para Avocato pero si para Gary sentenció el ambiente.

—¿Que le pasó?. —pregunto el ventrexiano sin dar ningún contexto.

—¿A... Quién?. —el chico solo se confundía más y más.

Avocato se tardó unos segundos en responder. —Al Avocato de este universo.

Esas palabras no le cayeron nada bien a Gary...

—El...

¿Que no se supone que Quinn se había encargado de decirle todo?.

—El... —el chico comenzó a sentirse muy nervioso.

Y con cada segundo que pasaba, sentía que se derrumbaba más y más.

—¡Voy por mi postre!. —el chico se levanto velozmente y fue hacia donde entregaban la comida.

Gary suspiro y tragó saliva para poder calmarse.

—Fruta por favor.

El servidor obedeció y puso en la bandeja una simple manzana.

Gary agradeció y volteo para dirigirse a su mesa.

El asunto era que ya no quería volver ahí.

Por varios segundos se mantuvo sin movimiento alguno.

Por lo menos, al ventrexiano no parecía importarle la tardanza del chico.