Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato)

24 - Cita Con Galletas

No hace mucho tiempo, Gary había entendido que las cosas que Avocato pudiera hacer, no tenían por qué afectarle.

O al menos eso creyó, pues su presencia en el restaurante de prestigio en el que se encontraba demostraba lo contrario.

El chico ordenó una mesa para dos aún sabiendo que solo iba a ser el que estaría.

Ordenó bebida para dos aún estando consciente de que solo el bebería.

Por qué, no necesitaba de Quinn para afirmar que el ventrexiano ya no estaba.

Aunque el trató de invitarlo a dialogar ese preciso día. Le quedó claro que la invitación fue en vano.

Pero, aún con todos sus sentimientos destrozados y su cansada vista, el chico, estaba ahí, sirviéndose poco a poco la botella de Alcohol.

Terminándosela el solo.

Al principio se reservaba, pensaba y tomaba.

Después empezó a hablarse el solo.

Y después de media hora y ya una botella terminada, el estado de Gary comenzó a ser notorio.

—¡Señor, señor! —grito el chico —Traiga... Traiga otra botella para mí y mi amigo por favor.

El mesero llegó —¿No prefiere esperar a su invitada?.

—Ahorita llega. —dijo un poco molesto —Tu... Tu solo traela. No preguntes.

Gary estaba muy consciente de lo que hacía.

Pensaba que era gracioso estar borracho mientras portaba un elegante traje y una apariencia "fina".

—¡El capitán Gary, alcoholizandose por una maldita chica! —río.

El mesero llego con la botella y Gary corrigió —No, no. No es una chica. Es un apuesto hombre gato.

El mesero frunció el ceño, dejo la botella y se fue.

—Un maldito y estúpido hombre Gato.

El chico abrió la botella y está vez, no solo se sirvió a el, también sirvió al otro vaso que tenía en frente.

—¡Salud! —Gary choco su copa y después lo bebió completamente.

La hora completa había pasado pero la situación con el chico empeoro, más cuando empezó a cantar.

—"¡Por ventrexianos como tú, amor, hay hombreeees como yo... Que se pueden moriiiir por dignidaaaad..."

Gary sintió una mano en su hombro.

—Si por favor... Traigame otra botella. —hablo pensando que era el mesero.

—Disculpa. —avanzo por la mesa —Veo que te diviertes sin mí —sonrió —El tráfico estaba horrible, por eso la tardanza, pero ya estoy aquí. —y se sentó.

Gary estaba totalmente sorprendido y boquiabierto.

—¿Que?... ¿Jamás viste a un ventrexiano con traje?. —Pregunto riendo Avocato.

Pero Gary no respondía, seguía tan asombrado que no podía formular ninguna acción o palabra.

—Esta bien... —hablo Avocato —Mira, creo que me precipite demasiado. Yo sé que tal vez estás enojado, pero... Es por eso que vine... ¿Me podrías perdonar?.

Gary lo miro fijamente y después soltó una risa.

—¿Así?... ¿Perdonarte y ya?...

El ventrexiano se sintió mal.