Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato)

43 - Interrogatorio

Universo A-10

Las 3 de mañana marcaban los relojes de Quinn (A-1) y Pequeño Cato que los habían ajustado para la ocasión.

—Esta es nuestra última oportunidad. —Se dirigió la chica al joven ventrexiano. —Lo que vamos a hacer nos puede costar la vida, pero es la única forma de saber la verdad.

—Lo se Quinn. Estar investigando, descubriendo cosas... Me hace pensar que debemos hacer esto. —Confeso Pequeño Cato. —Es ahora o nunca.

Los dos asintieron mientras Quinn tomaba una especie de cuerdas. —Es hora de saber la verdad.

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El ruido de un cristal rompiéndose provocó que Quinn (A-10) se asustara y despertara.

A ella le pareció muy extraño por lo que no tardó en levantarse y prender la luz para ver qué es lo que había sucedido.

Pero no encontró nada.

Al menos en su cuarto nada estaba fuera de lugar.

—Una pesadilla. —Pensó.

En otros casos, la chica hubiera investigado un poco más. Pero estas últimas semanas, la emperatriz terminaba más cansada.

Asuntos diplomáticos, la búsqueda de Avocato que parecía que literalmente había desaparecido del universo.

Estaba arrepentida.

Estaba cansada.

Y muchas cosas que antes hacia, quedaron en el pasado.

Trato de acostarse nuevamente pero escuchó claramente que otro cristal se rompió.

—¿Que está pasando?.  —se pregunto tomándolo en serio está vez.

Por supuesto, se vio obligada a salir de su cuarto.

—¿Acaso los sistemas de vigilancia no están funcionando?. —Tallo sus ojos tratando de seguir el ruido para ver el origen.

Al llegar a la cocina, vio dos vasos rotos.

Lo primero que pensó, fue que estaban mal posicionados, pero después se alarmó.

—¿Como es que dos vasos llegaron hasta aquí?. —Se cuestionó la chica pues se encontraban justo en medio de toda el área.

—Deberias tener un poco más de cuidado.

Quinn (A-10) se giró asustada.

—¿P... Pequeño Cato?...

—Tienes que dormir Quinn. —Se acercó a ella lentamente.

La emperatriz comenzó a retroceder.

Estaba en shock, sin palabras.

Trato de preguntar algo, pero sintió que fue aprisionada y alguien coloco un pañuelo en su nariz sometiéndola y obligándola a quedar inconsciente.

—Tu...

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—Ey... Despierta...

Quinn (A-10) sintió pequeñas bofetadas.

Le costaba enfocar la silueta que tenía enfrente.

—Quinn... Despierta... No tenemos todo el tiempo. Tenemos que regresar a nuestro universo.

—¿Universo?... —Se pregunto a ella misma.

Después lo entendió.

Y sus vista por fin fue clara.