La voluntad de Fred

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No estoy segura de sí van a ignorar esta nota, pero la pongo de todas formas.

Cuando se me ocurrió el fic planeaba que abarcara desde como George y Harry comenzaban su relación, hasta llegar a "la tercera generación" donde sería el desenlace, pero pensándolo mejor decidí dejar este fic hasta que George y Harry se establezcan definitivamente como familia, y tener una secuela que se enfoque más en la tercera generación, para que conozcan debidamente a los hijos de todos sus magos favoritos y unos cuantos nacidos muggles que me he inventado (aunque no estoy segura de cuanto protagonismo les daré a estos).

¿Sugerencias para el nombre de la secuela?

— GxH — ¡Perdóname, George! — GxH —

— ¡¡Abre la maldita puerta Lee!! — Harry tocaba la puerta de la residencia de los Jordan furiosamente.

Fue Alicia quien abrió.

— ¿Qué pasa Harry? ¿Por qué tocas la puerta de esa manera?

— ¿Donde esta Lee?

— En la sala ¿que suced...? — Harry no la dejó terminar, simplemente entró en la casa.

— Lee ¿Qué rayos le dijiste a George?

— ¿De qué estás hablando?

— Regresé de mi viaje con el objetivo de hablar con George, aclaramos las cosas, él me explicó la crisis emocional que tuvo debido a Fred y cuando yo estaba a punto de decirle que olvidara el asunto, dijo que tú tenías más razón de la que él pensaba y se marchó. ¿Qué pudiste haberle dicho para que se marchara sin más cuando estábamos a punto de arreglarlo todo?

Lee se puso pálido —. ¡Oh Merlín! Le dije eso en un intento de hacerlo reaccionar, pero no pensé que...

Harry tomó a Lee por los hombros y comenzó a sacudirlo — ¿No pensaste qué? Dime qué fue lo que lo que le dijiste a mi marido.

Era la primera vez que usaba es palabra para referirse a George, sólo el enojo que sentía impidió que Harry disfrutara de su sabor adecuadamente.

— Le dije que era una copia descolorida de Fred.

— GxH — ¡Perdóname, George! — GxH —

— ¿Por qué no me lo dijiste antes, Ginny?

La pelirroja miró a su hermano con culpa.

— Estaba triste, solamente saber de esta carta era doloroso, así que la oculté entre mis cosas para evitar pensar en ella, por lo menos hasta que fuera más llevadero, pero después me olvidé completamente, no fue hasta que estaba redecorando mi habitación que volví a encontrarla.

George tomó la carta como si esta fuera a estallar en cualquier momento, apenas hace unos días había llegado a un acuerdo consigo mismo y la memoria de Fred, justo cuando había decidido que lo dejaría atrás para poder seguir con su vida, se entera de que Fred le dejó una carta.

— Me dio esta carta el día de la batalla, dijo que había cargado con ella durante muchos días, esperando el momento adecuado para dártela, pero que no se sentía capaz de hacerlo, así que me pidió que yo te la diera.

George tragó saliva ¿El día de la batalla? Esto era cada vez peor, él había ido a la Madriguera para pasar un rato con su madre y distraerse de sus preocupaciones, esto no lo estaba ayudando en nada.

— Lamento haberlo olvidado George, sé que te hubiera gustado tener esta carta en un principio.

Claro que al principio le hubiera gustado, pero no ahora, George ya tenía bastantes problemas con los que lidiar como para leer una carta de Fred cuyo contenido era incierto, y eso podía ser tanto bueno como malo.

¡Perdóname George!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora