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*Advertencia: Este capítulo contiene escenas de violencia sexual explicita.*


A pesar de todo lo que había pasado, Shadi continuó enfadado con su hermano; tenía celos y hasta envidia de Sasha, porque sentía que todos preferían a su hermano, mientras que a él, a Shadi, lo rechazaban; nadie lo quería y todos lo menospreciaban. Y cuando por una vez logró que un chico se fijara en él y lo deseara, este encontraba más atractivo a su mellizo que a él... este hecho le dolía demasiado. Su hermano podía atraer a hombres y mujeres; en cambio él sentía que nadie lo miraba siquiera.

Como Sasha estaba suspendido de clases, Shadi fue solo a la escuela el resto de la semana, y como los amigos de Franco estaban enfadados por la golpiza que le había dado Sasha, no encontraron mejor venganza que molestar a Shadi.

Shadi no quiso decir nada a nadie y trató de soportar las burlas, insultos y humillaciones que los chicos aquellos le estaban haciendo. Pero cuando Franco se enteró por boca de sus propios amigos, les exigió a estos que no siguieran molestándolo.

Las próximas dos semanas, estuvieron relativamente calmadas. Franco trató de acercarse amistosamente a Sasha para que este aceptara salir con él, pero era imposible; obtuvo solo negativas y la mirada de odio del atractivo chico. Por lo que sin esperanzas quiso olvidarse de todo el asunto, pero no podía evitar quedarse viéndolo embobado y con disimulo, y recordaba el beso forzado que le había robado y hasta cada golpe que había recibido de él lo sentía como algo bueno; pues habían sido sus manos los que lo habían hecho.

Por su parte Sasha, como siempre, solo estaba pendiente de Shadi, pero este seguía terco sin querer reconciliarse con su hermano.

Una semana más tarde, y con la seguridad de que le era imposible sacarse al mellizo de la cabeza, Franco optó por intentar volver a salir con Shadi; sería como un reemplazo; sabía que no era a quien quería, pero pensó que al estar con Shadi podía imaginar que era el otro.

Buscó acercarse a Shadi sin que Sasha lo descubriera, y como a Shadi le gustaba salir a dar vueltas por el pueblo en las tardes, aprovechó esas oportunidades para ilusionarlo nuevamente, y llevárselo a las arboledas, donde cubiertos por la vegetación podía besarlo tranquilamente, sin que nadie sospechara nada.

Pero Sasha cuando se trataba de su hermano siempre estaba pendiente, muy pronto descubrió que ambos se estaban encontrando y aunque Franco no le inspiraba ninguna confianza, el volver a ver sonriente a Shadi, hizo que no quisiera entrometerse mucho en el asunto; tal vez, después de todo Franco sí sentía algo por su frágil hermano.

Aún así, y para estar seguro, esperó ocultamente a que Shadi y Franco terminaran su fogoso encuentro de besos y toqueteos en medio de los arboles, y cuando Shadi se marchó, siguió a Franco, alcanzándolo antes de que tomara el camino de tierra hacia su casa.

—¿Qué quieres? —le preguntó Franco haciéndose el indiferente.

—Sé que te estás viendo a escondidas con mi hermano.

—¿Y qué si es así? Es entre él y yo ¿Te molesta acaso?

—Por mí está bien si eso hace a Shadi feliz; pero te daré solo una advertencia... si lo haces llorar nuevamente te partiré el trasero.

Franco lo observó simulando no importarle sus palabras, aunque por dentro su corazón latía a prisa y solo quería besarlo; consideraba que Shadi no era para nada un buen reemplazo de Sasha... era demasiado delicado, muy femenino, casi como cualquiera niñita tonta de las que abundaban en la escuela. Aún así sabía que saliendo con Shadi su hermano siempre estaría vigilándolos y eso, de alguna forma, era como hacer que Sasha se fijara también en él.

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