Capitulo 44: Revelación forzada, corazones rotos...

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Ronald miró desconcertado a su alrededor. La gente corría de un lado a otro, no sabiendo como huir de aquellos hombres que osaban atacar su lugar de trabajo. Fue cosa de ver como su sobrino defendía a los trabajadores para comenzar a atacar a todos los que estaban ahí en su contra.

—¡¿Te encuentras bien, Albus?!

—¡Si!¡Pero no encuentro a Keira ni a mamá!

Ron lanzó un último Expelliarmus antes de acercarse a su esposa con apuro. Ella ya había evacuado a la mayoría de su personal, mientras que la otra parte de estos habían escapado por quien-sabe-donde.

—¡Ron cuidado!

¡Septusempra!

Albus mandó a volar al hombre de vestimenta negra a cinco metros de ahí, llamando la atención de los malvados.

—¡Ron, Herm!—Ginny corrió hasta abrazar a su hermano, revisándolos a ambos por encima.— ¿Se encuentran bien?¿Los hirieron?

—No, pero Albus necesita ayuda...

¡Avada Kedavra!

No necesitaron ver para saber que aquel ataque iba dirigido al azabache, pero sus ojos observaron con terror como el chico no se movía de su sitio, apuntando al sujeto con su varita.

¡Expelliarmus!

El azabache mayor miró con temor y alivio a su hijo, notando como parecía preparado para todo tipo de situación. Se detuvo a unos metros de él, observando a sus amigos, a su familia, y como estos poco a poco eran totalmente rodeados por aquellos magos oscuros.

Ya no había civiles que corrieran peligro. Los muggles habían sido retenidos para que no intentaran entrar al Ministerio ni a ningún sitio. Solo eran una pelea de cinco contra muchos mortífagos.

Sin embargo, la lucha no era esa...

Newt permanecía dormido mientras abrazaba a Stephen, el cual también había cedido al sueño tan solo unos minutos atrás

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Newt permanecía dormido mientras abrazaba a Stephen, el cual también había cedido al sueño tan solo unos minutos atrás.

Hace horas que Minho y James habían abandonado la casa, haciendo que Luna y Olivia se ofrecieran a ayudar a Thomas, el cual ya se encontraba más recuperado de los golpes y el agotamiento emocional.

El peli negro cargaba y mimaba a Nathan en la sala, dejando que Luna y Olivia cuidaran a Regina.

—Eres tan tranquilo, ¿Porqué casi no lloras? Es extraño...—Thomas acarició la mejilla de su hijo, notando como este no despegaba la mirada de su persona.— eres todo lo opuesto a tu hermana...

—Y vaya que lo es, Regina siempre causa problemas y Nathan solo le ayuda a cubrir sus...—Olivia se detuvo en seco, notando su tremendo error.

—¿De qué hablas, Olivia? Regina nunca ha causado ningún problema, es demasiado pequeña...

𝙴𝚗𝚕𝚊𝚣𝚊𝚍𝚘𝚜: 𝙲𝚘𝚗𝚎𝚡𝚒ó𝚗 𝚎𝚝𝚎𝚛𝚗𝚊 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora