Los ángeles son seres efímeros, bondadosos y hermosos, los que caen al infierno y consumen sus venenos son convertidos en perversos demonios, sin embargo, una vez cayó un ángel del cielo al infierno, su curiosidad le llevó a un precipicio transportándolo hasta las garras de una bestia catalogada como rey, y aunque diversas veces fue poseído por ese monarca infernal, nunca se volvió cruel o maligno. Pero en el presente el ángel había sido traído a la realidad, no le agradaba residir en el supuesto cielo, por las palabras hipócritas que lanzan los seres supuestamente santos, pero desde que el rey del mal había desaparecido el infierno se enfrió, y quedó tan vacío que era absurdo estar allí.
Entre las lágrimas y el tiempo dos partes huyeron, la pasión y el amor, el querubín ante todo el enredo de su cabeza se perdió en un bosque de mentiras, la tristeza lo hundió pero ceder ante los placeres de los demonios no le haría daño. Entonces, aquel día consumiría más de las profundidades del fuego eterno y su veneno mortal, su anhelo era formar una fortaleza alucinando con sonrisas y alegrías; porque solo así sería liberado del paraíso y sus cadenas de acusaciones.
Era martes por la tarde, del mes de septiembre, Rex salió del instituto sin despedirse de Jane o Travis. Ellos, por su parte, trataron de llamar su atención para ver que sucedía, pero él ignoró sus señales de llamado, parecía que ese chico estaba por cometer algo de lo cual se arrepentiría al día consiguiente.
El joven salió empujando las puertas principales, al estar fuera vio a todas partes para cerciorarse que Melanie no estuviera cerca para ponerle un alto a sus locuras, viendo que el perímetro estaba despejado, siguió corriendo hasta estar completamente fuera del terreno del instituto, caminó por la acera de manera más tranquila, sabía que a unas cuantas calles de lejanía encontraría lo que llevaba días pensando. Por alguna desdichada razón a su mente venía las veces que se preguntó el por qué Bill bebía continuamente, el recordarlo le provocaba una punzada en el pecho que le daba más razones para deshacer de ese sentimiento tan lastimero.
Aquel día bebería porque si una vez el alcohol logró que olvidase hasta su nombre, ¿Por qué no hacerlo una segunda vez? Era consciente que luego de la delicia de ser inconsciente de sus acciones vendría el castigo, pero esa maldita idea tenía a Rex tan embelesado que ansiaba darle luz verde a sus acciones, no le importaba despertar la ira de sus padres una vez más, al fin y al cabo el dolor físico no se compraba al sentimental.
Porque... ¿Cómo comparar el sentir tu piel siendo desgarrada con tu alma siendo olvidada por el corazón?
Pero nada de eso hubiese comenzado si tan solo Jack no le hubiese invitado a salir con Madeline y William, aunque fuese de buena fe su manera de hacer las cosas no lo era, estaba bien que sacasen a ese pobre ángel de alas rotas, pero no a seguir destruyendo su poca inocencia. En esos instantes ya no había vuelta atrás, Rex no tenía señas de arrepentimiento mientras se dirigía hasta una tienda donde le citaron los tres amigos de su amado.
Cuando vio la tienda, que era de zapatos, notó que allí residía una camioneta negra, estaba aparcada y sobre el capo estaba una jovencita sentada, mientras otro chico se apoyaba a hablar con ella, un tercero se asomó en su vista, él simplemente fumaba mientras sonreía por lo que los otros dos decían. Rex al verlos corrió hasta estar frente a ellos y llamar su atención con un saludo, su alegría se reveló, aquella que enternecería a cualquiera.
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Drugs and love© [Corrigiendo]
Romance[Drugs and love] Dime..., ¿vivirías un infierno solo por amor? Bill Foster, bautizado bajo el mote de Satán, es el chico más popular en el instituto y con la peor reputación: es problemático, volátil, grosero, agresivo, disfruta de infligir dolor y...