Save Me | Joe Mazzello

XVIII: Caos y tranquilidad

Alice arrugó los ojos tomando una respiración profunda. El sonido de su teléfono la estaba despertando, no sabía si era un sueño o qué, pero se dio vuelta en la cama para quedar mirando al velador. Tomo su celular y el brillo la dejo un poco ciega. Pero pudo dar cuenta de dos cosas: eran casi las 4:30 de la madrugada y la llamada, según el identificador, venía desde Londres. Su estómago se apretó. Se movió con cuidado para no despertar a Joe, tomo su celular y se puso una manta encima y salió de la habitación.

Prendió la luz del balcón y se sentó ahí. Según sus cálculos, deberían ser cerca de las 9:30 de la mañana. Una hora decente para llamar, sea lo que sea que hubiese pasado.

- Sí? – contesto.

- Hablo con la señorita Smith? – preguntó la voz de un hombre. Ella lo reconoció, era el policía que estaba llevando su caso.

- Sí, con ella. ¿Sucedió algo? – se puso nerviosa de repente. Si la llamaban era porque tenían alguna novedad en el caso.

- Hablas con Troy, el oficial que está viendo el caso de la tienda. Tengo novedades al respecto – ella cerró los ojos y le dijo que le contara todo. – Bueno, después que usted reportó la agresión, el departamento decidió a petición del fiscal unificar los casos porque habían ciertos indicios que ellos correspondían a la misma persona... usted sabe que tenemos una orden de detención en contra de Mike Jones y ayer nos llegó otra denuncia en su contra – Alice quedo helada.

- Otra denuncia? – preguntó con un hilo de voz.

- Sí, su actual pareja llamo cuando él intento golpearla. Ella logro encerrarse en el baño y llamo, lo tenemos... y creemos que él también fue la persona que entro a la tienda.

Alice botó el aire de golpe. No podía creer lo que escuchaba pero era lo que ella había sospechado desde un principio. No había estado equivocada, ella lo había sentido.

- Ella está bien? – pregunto. La chica debía ser Alex. Lo sentía tanto por ella, se veía una chica dulce que no merecía pasar por algo así.

- Ella está bien, asustada, pero él no le hizo nada. – Alice suspiró aliviada. Al menos no había podido poner las manos sobre ella.

- Gracias por infórmame. ¿Qué sigue ahora? – preguntó.

- A ese punto quería llegar, señorita Smith. Hable con el fiscal y él dice que su declaración es esencial para presentar los cargos en contra del señor Jones. Hizo una solicitud para saber si podía ser grabada o vía conferencia, debido a que usted se encuentra fuera del país, pero el tribunal lo rechazó.

- Qué me quiere decir con eso? –

- Usted tendría que venir a Londres, para dar la declaración. Después de eso lo más probable es que Jones quede preso, pero la necesitamos... no podemos obligarla a venir, pero realmente sería de mucha ayuda.

Alice se quedó en silencio. Su primer impulso fue decir no, porque no quería tener que tratar con este tema nunca más. De todas formas estaba lejos, no volvería a verlo nunca más. Pero por otro lado... podía evitar que otras chicas sufrieran lo que ella sufrió. El tipo era peligroso, de eso no había duda. Lo había hecho con ella, lo había intentado con Alex y así seguiría pasando y no podía permitirlo.

- Cuándo debería estar allá... cuánto tiempo debería quedarme? – preguntó. Se tapó con la manta. De pronto se sentía congelada.

- Si pudiera estar acá en dos semanas más, sería perfecto. En cuanto al tiempo, no creo que más de cuatro días.

- Tendré que verlo? – no menciono el nombre de Mike, pero era obvio que se refería a él.

- No, estaré yo y el fiscal. Tomaremos su declaración y eso será todo. –