XIX: Realidad

242 22 4
                                    




Alice estaba terminando de desempacar sus cosas. Suspiró feliz cuando terminó de ordenar. Todo había ido mejor de lo que esperaba. Se había enamorado de Nueva York, no había extrañado Londres, los padres de Joe habían sido muy amables con ella y en el fondo, ella ya les había tomado cariño. El amor entre ellos era muy real y se sentía cómoda en ese ambiente.

Caminó hacía la cocina y se hizo un té. Se sentó en el balcón de su casa y prendió un cigarrillo. Realmente todo había ido mejor de lo que esperaba. A veces en la noche la ansiedad la acorralaba y pensaba que toda la felicidad que estaba sintiendo en ese momento por algún motivo se diluiría de sus manos y se perdería. Pero era en ese momento cuando respiraba profundo, trataba de dejar el miedo de lado y solo pensaba en seguir adelante.

Tomó su celular y sonrió ampliamente cuando vio un mensaje de Joe esperando.

Joe Mazzello
¿Es posible que te haya dejado en tu casa hace dos horas y ya te extrañe demasiado? ¿Qué me hiciste Alice? Creo que seis días contigo no fueron suficientes.

Ella rió ante el mensaje pero al mismo tiempo le encontraba toda la razón. Ella lo pasaba tan bien con él, era tan divertido pero al mismo tiempo tan tierno y preocupado...  negó con la cabeza mientras escribía.

Alice
No se... quizás lo mismo que tú me hiciste a mi Mazzello. Ya te extraño también.

Dejó el teléfono de lado con una sonrisa enorme. Era en ese momento cuando se decía que todo riesgo valía la pena.

***

Alice dobló la esquina en la cuadra para llegar a su tienda cuando vio tres carros de policía. Alzó la cabeza y se dio cuenta que parecían estar fuera de su tienda. Su estómago se apretó y corrió, pese a estar usando tacos altos.

Había cinta rodeando el lugar y sin escuchar los gritos tras ella, entró.

Todo estaba destruido. Sus prendas que tanto le había costado diseñar y confeccionar estaban destruidas, cortadas. Todo estaba revuelto, los colgadores en el piso... incluso los estantes en el suelo. Ella no podía creer lo que estaba viendo.

Fue semi consciente que alguien se acercaba a ella y le decía que tenía que salir de ahí. Se movió por inercia siguiendo al policía que la guiaba.

- Mis cosas – susurró, aún sin poder creerlo.

- Señorita, necesitamos saber por qué esta aquí – Alice sacudió la cabeza y miró al hombre que estaba frente a ella.

- Soy la dueña de la tienda... todo eso era mi trabajo, yo... - tragó pesado, intentando aguantar las ganas de llorar - ¿Qué pasó? – susurró.

- Recibimos una llamada anónima hace una hora diciendo que la puerta de la tienda se encontraba abierta y todo estaba desordenado. Llegamos y comenzamos a revisar...

- Cámaras... tengo cámaras en toda la tienda... -

- Las revisamos... se apagaron justo antes de la hora que creemos comenzó el ataque –

Alice asintió y se pasó las manos por el pelo. Dios, esto debía ser una pesadilla. Respiró hondo para evitar un ataque de pánico. Comenzó a pensar rápidamente en qué o quién pudo haber sido. Claramente no era un ladrón porque no se llevó nada, su única finalidad fue destruir todo lo que estaba dentro y aun sin tener idea, para ella eso demostraba odio o al menos algún tipo de problema personal o resentimiento con ella. Pensaba y pensaba en quien podría querer hacerle algo así de brutal y no lograba encontrar un nombre, a menos que...

Alice abrió los ojos. Mike.

Negó con la cabeza. No podía ser, el tipo no estaba bien pero no creía que fuera capaz de allanar una propiedad privada, apagar las cámaras, destruir todo e irse. No. Debía dejar de pensar en esas cosas.

Save Me | Joe MazzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora