Prólogo

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Kim Jongin se revolvió en la cama, y la sábana cayó al suelo. Demasiado calor. Estaba sudando tanto, que los calzoncillos, lo único que llevaba puesto, se le pegaban a la piel. Demasiado. Su cabeza... Oh, su pobre mente estaba destrozada. Tenía demasiadas imágenes sucediéndose en ella, mezcladas con una oscuridad absorbente, con un caos horrible y un dolor brutal.
«No puedo... soportar mucho más...». Era humano, pero en aquel momento tenía sangre de vampiro abrasadora corriéndole por las venas. Sangre poderosa de vampiro que le permitía ver el mundo a través de los ojos de su donante, aunque sólo fuera durante un rato. Eso ya lo había experimentado antes, así que no habría sido tan horrible si no hubiera ingerido sangre de dos fuentes distintas la noche anterior. Accidentalmente, por supuesto, pero eso no le importaba a su cerebro.
Una fuente era su novio, el príncipe Kyungsoo. La otra, Sehun, el difunto novio de Kyungsoo. O prometido. Lo que fuera.
Ahora, la sangre de ellos estaba manteniendo una batalla por hacerse con la atención de Kai. Un enfrentamiento tóxico. Nada del otro mundo, ¿verdad? Durante su vida había luchado contra muertos vivientes, había viajado en el tiempo y había hablado con fantasmas. Debería ser capaz de reírse por sufrir un poco de trastorno por déficit de atención con hiperactividad. ¡Pero no! Se sentía como si se hubiera bebido una botella de ácido en un vaso roto. Una cosa le quemaba, mientras la otra lo cortaba en pedacitos.
Y en aquel momento, iba a... Cambiar de perspectiva otra vez.
-Oh, papá.
Oyó aquel susurro de Kyungsoo de repente.
Se estremeció. El había suspirado, sí, pero demasiado alto. Los oídos de Kai estaban tan sensibles como el resto de su cuerpo.
Sin saber cómo, encontró la fuerza para abrirse camino entre el dolor y enfocar la mirada. Craso error. Demasiado brillante. La oscuridad del entorno de Sehun había dejado paso a los colores que rodeaban a Kyungsoo. Kai veía a través de sus ojos en aquel momento, y era incapaz de pestañear.
-Fuiste el hombre más fuerte del mundo -continuó el en un tono solemne, y Kai se sintió como si fuera él quien hablaba, porque le escocía la garganta como si la tuviera en carne viva-. ¿Cómo es posible que te vencieran tan rápidamente?, «¿y cómo no me di cuenta yo de lo que estaba ocurriendo?», pensó Kyungsoo.
El guardaespaldas de Kyungsoo, Chanyeol, su amigo Baekhyun y el mismo Kyungsoo habían llevado a Kai a casa la noche anterior. Kyungsoo quería quedarse con él, pero
él se había negado. No sabía cómo iba a reaccionar con dos tipos de sangre diferentes en su organismo, y el tenía que estar con su gente para llorar al difunto. Durante un rato, Kai había intentado dormir, sin parar de dar vueltas por la cama, mientras su cuerpo se recuperaba de los golpes que había dado, y de los que había recibido. Después, casi una hora antes, había empezado el enfrentamiento. Gracias a Dios que Kyungsoo se había marchado.
Habría sido toda una pesadilla verse a sí mismo a través de sus ojos, en aquellas condiciones tan patéticas, y saber lo que estaba pensando.
Cuando Kyungsoo pensaba en él, él quería que el sólo viera la palabra
«invencible». Si no podía ser eso, se conformaría con la palabra «guapísimo». Cualquier otra cosa no le valía, gracias. Porque él pensaba que el era perfecta en todos los sentidos.
Perfecto, dulce y bello. Y suyo. La imagen de el príncipe le llenó la mente. Tenía una melena oscura y unos ojos que brillaban como cristales, y unos labios de color rojo cereza. Para ser besados.
Kai lo había conocido unas pocas semanas antes, aunque tenía la sensación de que lo conocía de toda la vida. Lo cual, en un sentido un poco retorcido, era cierto. Bueno, por lo menos desde hacía seis meses, según lo que le había dicho una de las almas que habitaba en su cabeza. Por si los vampiros y la sangre telepática no eran suficientemente extraños, Kai compartía su propia cabeza con otras tres almas humanas. Y además, cada una de aquellas almas poseía una habilidad sobrenatural.
J.B. podía despertar a los muertos. Mark podía poseer otros cuerpos.
Y a través de Eunhyuk, Kai había sabido que iba a conocer a Kyungsoo antes de que el llegara a Crossroads, Oklahoma. Un lugar que él había considerado el infierno en la Tierra, y que después había empezado a considerar Lo Más Formidable del Mundo, aunque fuera un criadero de criaturas supuestamente míticas. Brujas, duendes, hadas, todos ellos enemigos de Kyungsoo, y por supuesto, vampiros. Y también hombres lobo, los protectores de los vampiros.
Y, bueno, eso eran muchas criaturas raras. Pero si un mito había resultado ser cierto, entonces tenía sentido que todos los mitos pudieran serlo.
-¿Qué voy a hacer con...? -empezó a decir Kyungsoo de nuevo, y atrapó su atención.
Verdaderamente, Kai quería que completara la frase. Por desgracia, antes de que el pudiera decir una palabra más, la perspectiva de Kai cambió de nuevo. De repente lo envolvió la oscuridad y su conexión con Kyungsoo se interrumpió. Kai volvió a tener convulsiones, debido al dolor de vincularse al otro vampiro. Sehun. El difunto Sehun.
Quería abrir los ojos para poder ver algo, pero era como si tuviera los párpados pegados. Olía a tierra ya... ¿humo? Sí, era humo, un humo denso y asfixiante. Tosió y tosió, o, ¿era Sehun quien tosía? ¿Estaba vivo todavía? ¿O acaso su cuerpo sólo estaba reaccionando porque los pensamientos de Kai estimulaban su mente compartida?

Premonición «Kaisoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora