Dos voces llamaban a Kai. Las dos eran voces masculinas, y cargadas de preocupación.
—Intenta otra cosa.
—¿El qué? ¡Lo he intentado todo! Gritarle, zarandearlo, darle bofetadas…
—Está dentro de ese cuerpo. ¡Sácalo!
—¿Y qué quieres que haga? ¿Meter las manos en su pecho y sacarlo?
—¡Sí!
—¡Eres un pesado! ¿Cómo es posible que te aguante Kai? Está bien, lo haré.
Lo intentaré.
Un segundo después, Kai se vio fuera del cuerpo de Shannon, sentado en la cama junto a Baekhyun, con su mano sobre la de el.
Baekhyun estaba jadeando, cubierto de sudor, exhausto y con una mirada de conmoción.
—¿Lo has visto? —preguntó entre jadeos—. No puedo creerlo. ¡Acabo de hacerlo! ¡Dime que tú también lo has visto!
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó él con la voz entrecortada. Estaba muy dolorido, como si lo hubiera atropellado un camión.
Kyungsoo se sentó al otro lado de Kai, con la boca abierta.
—Estás bien. Ahora vas a ponerte bien.
¿Estaba intentando convencerlo a él, o convencerse a sí mismo?
—¿Qué ha pasado? —preguntó Kai otra vez.
—El… te ha sacado del cuerpo de Shannon. Ha tirado de ti. Al principio eras como un fantasma, no tenías una forma sólida, y al segundo estabas aquí. Yo nunca… había visto nada igual.
¿Había daños colaterales? Kai se revisó. Le dolía mucho la rodilla y estaba temblando, pero no estaba vomitando, ni estaba paralizado. El veneno ya había salido de su organismo, gracias a Dios. Estuvo a punto de desmayarse de alivio.
Eunhyuk, Mark y J.B. ya no gemían, ni balbuceaban de manera incoherente. Estaban en silencio, como si se hubieran quedado agotados después de aquella prueba y necesitaran reposo.
Pese a la cercanía de Baekhyun, el señor Thomas también estaba presente. No era más que una silueta tenue, pero Kai lo veía. Estaba sentado en el escritorio, con los brazos cruzados sobre el estómago y con una expresión de descontento. Sin embargo, no podía disimular su interés. Estaba observándolo todo y catalogando todos los detalles.
Lo extraño era que… Chanyeol no estaba presente, así que Baekhyun debería haberanulado completamente sus habilidades. ¿Por qué no había sucedido eso?
—Eh… ka-i —murmuró Shannon, mientras se sentaba lentamente y miraba a su alrededor por la habitación. Se pasó la mano temblorosa por la cara y preguntó—: ¿Qué es lo que acaba de ocurrir? Estaba delante de ti, ¿no? ¿Cómo es que estoy en la cama?
Entonces, Shannon no sabía que Kai había estado dentro de él, de su mente.
Gracias a Dios por eso también.
—Te has desmayado —dijo Kai. Fue lo único que pudo inventar su cerebro aturdido en aquel momento.
—¿Por q-qué? —preguntó Shannon, mirando el reloj de la mesilla. Sacudió la cabeza y se frotó los ojos—. Son las nueve y cuarto. ¿Cómo es posible? Yo he intentado despertarte a las seis y media. Debería estar en el instituto. ¡Voy a llegar muy tarde! Dan se va a enfadar. Me va a…
—Dan piensa que estás enfermo —dijo Kai, recordando la visita de Dan y lo que él le había dicho—. Y has estado enfermo de verdad, durante un rato.
Shannon se calmó. Miró a los chicos y frunció el ceño.
—¿Qué estáis haciendo aquí? ¿Y cuándo habéis venido? Dios, todo esto es muy raro. Yo nunca me había desmayado.
—Shannon —dijo Kyungsoo. De repente, su voz sonaba intensa, poderosa…
La voz. Kai lo agarró de la muñeca y, cuando el lo miró, él negó con la cabeza.
—No lo hagas.
Shannon se había sentido indefenso durante toda su vida. Nunca había tenido el control de lo que le sucedía, ni lo más mínimo, y Kai no quería aumentar aquello, aunque existiera el peligro de que su amigo se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.
Aunque se quedó desconcertada, Kyungsoo asintió.
—Shannon, ¿te sientes lo suficientemente bien como para ir al instituto? —le preguntó Aden.
—Sí, me encuentro bien. Salvo por lo del desmayo.
—Todavía puedes llegar al instituto si quieres. Shannon arqueó una ceja.
—¿Tú no vas a ir?
Kai hizo un gesto negativo con la cabeza.
—Todavía no me encuentro del todo bien —dijo. Si seguía así, no iba a conseguir tener unos buenos estudios en la vida.
—De-de acuerdo. Yo m-me voy —dijo Shannon. Después lo miró con la cabeza ladeada—. Pe-pero tal vez, algún d-día c-confíes en mí y me c-cuentes tus secretos. Hasta luego —añadió, antes de que Kai pudiera responder.
Shannon se puso en pie lentamente, tomó su mochila y salió de la habitación, y después del barracón. La puerta se cerró tras él.
Así pues, Shannon sospechaba que estaba ocurriendo algo.
«Preocúpate de eso más tarde», se dijo Kai.
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Premonición «Kaisoo»
FantasíaPor una vez, el joven de dieciséis años Kim Jongin tiene todo lo que siempre ha deseado:Un hogar.Amigos.A el chico de sus sueños.Es una lástima que vaya a morir...Desde que llega a Crossroads, Oklahoma, el antiguo paria Kim Jongin ha llevado una bue...