En un baúl llamado corazón 6

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En un baúl llamado corazón guardo el recuerdo de una tierna niña.

Una niña que no solía usar lentes y aun así veía el mundo con mucha luz.

Una niña que se creía una princesa, una aventurera, una heroína y cuanta cosa le pasara por su imaginación.

Aquella niña solía pasar horas leyendo todos sus cuentos y sonreía con cada "vivieron felices para siempre". Porque, claro, a esa edad esa promesa significaba mucho.

Nada le entristecía más que la primera escena de Buscando a Nemo.

Su única preocupación era estar a tiempo para ver sus caricaturas favoritas.

Lo que más quería era ser como Peter Pan, ser siempre una chiquitilla; pero no podía negar que la idea de crecer le atraía mucho.

Sin embargo, esa idea se hizo un hecho.

La niña creció.

Ay, como extraño a esa pequeña...

Pero, para que no muera mi corazón de una aflicción como esta, mantengo vivo el recuerdo de la niña que fui. Porque sigo siendo ella sin importar el pasar del tiempo. Sin importar que la ternura y la bondad no habiten en todas las personas. Sin importar nada, sigo siendo esa niña.

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