Son ya las doce de la noche y estamos terminando de ver la última peli de la saga Saw. Estoy asustada hasta las trancas y creo que el brazo de Luke no tiene circulación ya.
Más que asustada creo que estoy asqueada. Tanta sangre y muerte sacan mi lado masoquista que no quiere apartar los ojos de la pantalla aunque mi cabeza, mi corazón y miniyo me dicen que lo haga, que sino esta noche tendré pesadillas.
Luke está con una sonrisa de oreja a oreja, ya que él ha sido quién ha elegido las pelis que íbamos a ver. Yo no quería...
''Va a morir... Ese tío va a morir... No mires la tele... _____...''
El grito que pego se transforma en un chillido digno de un ratoncito. Voy a matar a Luke por haberme echo ver estas cosas tan horrendas.
La puerta de la casa se abre con portazo incluído y esta vez chillamos ambos. En la puerta se encuentran los padres de Luke, que se están riendo de nuestras reacciones.
-¡No es gracioso! -chillo al borde de las lágrimas.-
Terminamos de ver la peli a regañadientes, ya que le queda media hora, y cuando termina suspiro aliviada. Estas han sido las peores once horas de mi vida. Ya las tengo todas vistas y no pienso volver a verlas.
Luke, que ha resultado ser un cagueta al fin y al cabo, se niega a acompañarme a estas horas a casa y tener que volver luego solo. Al final es Ash quien tiene que venir conmigo hasta mi casa.
Empezamos a andar por las calles de la urbanización y haciendo el tonto. Solamente lo hace para distraerme y yo se lo agradezco con todo el corazón.
Me deja en la puerta de mi casa y yo me despido de él con la sesanción de que alguien no está observando. Serán imaginaciones mías causadas por las puñeteras pelis. Lo veo alejarse desde mi porche hasta que lo pierdo de vista y entro en casa sin perder ni un segundo más.
Me voy a mi cuarto, me ducho y, al ponerme el pijama, me acuesto en la cama y no concilio el sueño hasta pasadas las cinco de la mañana.
*****
Me despierto con el puñetero sonido de la música que viene del cuarto del vecino. ¡¿Por qué cojones se le ocurre ponerse a escuchar música a toda hostia a las... 9:32?!
La mala leche que tengo ahora mismo almacenada en mi cuerpo es increíble. Me asomo por el balcón para mandarlo a la mierda y veo que está bailando de espaldas a mi. ¡Este chico me exaspera!
''¿Crees que le gustaría jugar a los juegos de Saw?''
''-¡Miniyo! ¿Desde cuando tan violenta?''
''Desde que me ha despertado con la música.''
''-Pues, ¿sabes qué? No lo pondría allí, pero lo haría sufrir con mis propias manos.''
Bajo las escaleras como una flecha y me paro frente al espejo que hay en la entrada de casa. Mi aspecto da asco, pero ni que me importase como me viese.
Mamá se asoma desde la cocina para verme recogerme el pelo en un moño mal echo. Sabe que estoy cabreada porque anoche no dormí por las pelis de miedo y que encima el imbécil me ha despertado.
Salgo de la casa y me dirigo a la del vecino dispuesta a matarlo con mis propias manos o, al menos, dejarlo estéril para que no se reproduzca y tengamos una mini invasión de idiotas.
Aporreo la puerta con la fuerza que tiene una chica cansada y enfadada. Una chica parecida a Cameron me abre la puerta y me va a hablar, pero no le doy tiempo para hacerlo.
Corro escaleras arriba y me meto en el cuarto de Cameron sin llamar. Su cara es épica cuando me ve aparecer allí de la nada. No se esperaba que yo hiciera eso. Pero lo que yo tampoco esperaba es que estuviera allí con sus amigos.
Se me quedaron mirando como si estuviesen viendo a una loca. Decidí mirarme para evaluar como estaba. La camiseta un poco levantada y medio sujetador fuera, los shorts de deporte muy subidos de un lado y más bajos de otro y, para rematar, estoy descalza, tengo un moño mal echo y no me he lavado la cara.
Decido pasar de mi aspecto ya que, por mucho que me arregle, ellos ya me han visto así.
-¡Dallas! -grito por encima de la música que está muy alta.-¡Un día de estos te juro que te voy a matar lenta y dolorosamente!
La música cesa de repente y veo a uno de los amigos de Cameron apagando el reproductor.
-¡¿Cómo cojones se te ocurre poner la música a estas horas así de fuerte un domingo eh?! -grito furiosa.-¡Aqui hay gente que aprovecha los domingos para dormir! ¡Y más aún si el día anterior no ha podido dormir bien!
-No es problema mío que te vayas por ahí a hacer Dios sabe qué con tu amiguito -dice haciendo énfasis en amiguito.- Y que no te puedas levantar temprano.
Que. No. Haya. Dicho. Eso.
''Pues si que lo ha dicho.''
La afirmación de mi miniyo fue suficiente para que me lance contra él. Este se va a enterar de lo que era una chica de mala leche, en sus días, cansada y no muy amigable en este estado.
Estoy encima de él en la cama, cogiéndole con mis dos manos de los hombros y mirándolo de forma envenenada.
-¿Qué acabas de decir? -pregunto susurrando, pero dejando ver mi furia.-
-Lo que has oído -dice.-
Me levanto con la ira corriendome por las venas y, cuando él se levanta de la cama, le pego tal puñetazo en la mejilla que lo vuelve a tirar contra la cama.
-No sé que clase de chica te has pensado que soy -digo al borde de las lágrimas.-Pero no soy ninguna puta que se va acostando con el primero que pilla en el camino. ¿Quieres saber por qué estoy tan cansada y no dormí bien? Pues te lo diré para que dejes de cotillear mi puta vida -una lágrima se escapó involuntariamente de mis ojos. No me gustaba llorar delante de nadie, pero su comentario me había dolido más que mil dagas.-Ayer me fui a casa de Luke a ver pelis con el y nos tragamos la saga de Saw entera. Por la noche tenía demasiado miedo así que no me dormí hasta las cinco y pico.
La cara de Cameron en ese momento era un poema. Su expresión pasó de la alegría, que yo no se por qué, hasta el arrepentimiento.
-Ahora si me disculpas -digo dándome la vuelta y dirigiéndome a la puerta para volver a casa.-Te vas a la puta mierda y te olvidas completamente que yo existo. Ojalá te pudras en el más absoluto infierno imbécil.
Vuelvo a casa y me acuesto en la cama. A ver si puedo volver a dormir.