Las tres primeras horas de clase pasan a paso de totuga. Me han echo presentarme delante de mis compañeros y, la verdad, solo les he dicho como me llamo.
Mi compañero de pupitre, séase Cameron, se quedó las tres horas mirándome, pero yo ni siquiera lo enfrenté. Estoy muy cabreada con él y no quiero ni hablarle ni saber nada de él.
Voy camino al patio para encontrarme con los chicos cuando veo a Cameron con su gurpito de amigos.
-_____ -me llama Cameron.-
Paso completamente de él pero cuando paso por su lado me agarra del brazo impidiendo mi escape.
-_____ -repite.-Tenemos que hablar.
-¿Quieres hablar? -digo y él asiente.-Adelante te escucharé.
-Pero no aquí -dice.-Prefiero que sea en privado.
-¿Por qué? -pregunto arqueando una ceja.-Acaso pretendes matarme o algo de eso.
-No -dice.-Pero prefiero privacidad para decirte esto.
-¿Sabes qué? -digo harta de él.-Paso de estar perdiendo unos valiosos treinta minutos de recreo con un imbécil que no es capaz de pedir disculpas en público.
-_____... -empieza a hablar pero lo corto.-
-Adiós Dallas -digo girándome y yendo al patio.-
Llego al patio trasero y me encuentro allí con los tres. Están hablando sobre algo de una fiesta de pijamas en casa de Inna y yo me uno a la conversación más que gustosa.
Aún estoy regodeándome en mí misma por lo que acabo de hacer. Eso ha sido un ''Zas en toda la boca'' en toda regla.
El timbre vuelve a sonar anunciando el fin del recreo y yo lo único que puedo hacer es rezar porque llegue a casa pronto. Quiero ver la tele. ¡Lo necesito!
*****
A las 15:00 suena el timbre que indica que las clases ya se han acabado y eso me alegra profundamente. Estoy tan contenta de poder separarme de Dallas que recojo las cosas sin mirar y vuelo hacia el aparcamiento.
Llego al coche y veo que Inna ya se encuentra allí.
-Odio el primer día -dice.-
-Pues ya somos dos -digo echándome en el coche.-
-Al menos no te a tocado de compañera Martha Willis -dice asqueada.-¿Esa chica no conoce el jabón?
-Te la cambio por el mío -digo mirándola.-
-¿Y quién es? -pregunta.-
-Cameron Dallas -digo.-
-No. No, no, no y no. No -dice rápidamente.-Me quedo cuarenta veces con Martha.
Yo suelto un suspiro y nos empezamos a reír. De repente Inna deja de reírse y mi sexto sentido me avisa de una presencia no deseada.
''No soy tu sexto sentido, _____.''
''-Como si lo fueras, miniyo.''
''Anda gírate.''
Me giro poco a poco y me quedo estática en el lugar. Ahora mismo me siento como un niño al que le han prohibido comerse un caramelo y se lo está comiendo y lo han pillado.
Lo que pasa que en este caso no estaba comiendo sino hablando, no era un caramelo sino Cameron y él mismo me ha pillado.
-¿Tanto te desagrado? -pregunta con ira en el rostro.-Hay chicas que darían lo que fuera por estar en tu lugar.
-Se lo regalo -digo mirándolo.-
-Inna a _____ la llevo yo a casa -dice cogiendome del brazo.-
Antes de que ella o yo podamos replicar Cameron me saca de allí. Abre la puerta del copiloto de su coche y me mete dentro. Da la vuelta y se sienta en el asiento del piloto y sale del estacionamiento del instituto.
Comienza a conducir de vuelta a su casa, lo sé por el camino por el que vamos, y no me atrevo a decir ni una palabra. Se nota que está furioso y la tensión ahora mismo se puede cortar con un cuchillo.
Intento poner música para cortar este silencio tan incómodo, pero él la apaga antes de que busque una mísera canción.
''Lo has cabreado _____.''
''-Gracias por administrarme esa información tan valiosa. ¿Algo más que no sepa?''
''Que ahora mismo estás destilando sarcasmo por cada poro de tu cuerpo.''
''-¡Por favor! ¡Un Nobel para la mente más lista por aqui!''
''Mejor me callo.''
''-Gracias.''
Me fijo en que estamos en un lugar un tanto osucro y que el coche ya se ha detenido. Estamos en el garaje de Cameron.
-Ahora mismo me vas a explicar el por qué -dice.-