Capítulo 4: Poderosas familias

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Tetsu había vuelto aquella noche a su trabajo nocturno. De vuelta a bailar en una barra frente a la multitud de ojos expectantes y las enloquecidas manos que trataban de acariciar su cuerpo con la excusa de enganchar unos billetes en el fino hilo de su tanga. Si su familia le viera moviendo el trasero como lo hacía, contoneando su cuerpo para seducir a los clientes que le miraban y así obtener más dinero... seguramente se avergonzarían de él, pero no le habían dejado otro camino.

Entre la multitud, los ojos azules de Tetsu pudieron distinguir a ese chico alto y de extraño cabello pelirrojo que caminaba haciéndose hueco entre los presentes para llegar a su plataforma. Por un segundo, su cuerpo se tensó justo cuando sus manos agarraban nuevamente la barra y hacía una pirueta en ella resbalando hasta la plataforma, tratando así de alejarse del borde para evitar al joven. De todas formas, no fue necesaria aquella intervención, observó cómo el chico se marchaba hacia una de las mesas sin tan siquiera mirarle y eso le sorprendió.

Después de lo insistente que había estado la otra noche... se sorprendía un poco al verle pasar sin siquiera mirarle. Salió de su pensamiento y su asombro cuando sintió una mano subiendo por su pierna hasta alcanzar el fino hilo del tanga y enganchar en él un billete. En aquel momento... pese a continuar contoneando su cuerpo y deslizando sus manos por la barra de forma sugerente, no pudo evitar darse cuenta de lo bajo que había caído sólo por una matrícula.

El momento de desnudarse por completo siempre era el peor. Intentaba retrasarlo todo lo que podía pero a veces, pensaba que eso era mucho peor, porque creaba más ansiedad, más entusiasmo y más excitación esperando ese momento. Sus dedos rozaron el hilo en el mismo instante en que cerraba sus ojos evitando así ver lo bajo que había caído pese a seguir sintiendo exactamente eso. Apretó los párpados y tiró del hilo hasta conseguir quitar el tanga.

Los gritos y silbidos no se hicieron de esperar, tampoco los billetes que caían sobre su plataforma, pero Tetsu tan sólo pensaba en recoger toda su ropa con rapidez y bajarse de allí. Uno de los guardias de seguridad le pasó un albornoz para que se tapase en su vuelta hacia el vestuario.

Para Kagami, nada de lo que le ocurría a Tetsu pasó desapercibido. No había duda de que ese chico le había encandilado desde el primer día, nadie más se movía como él y estaba convencido de que ese chico había estudiado algo de danza pero tampoco sabía qué pasado le había podido conducir hasta esa situación, teniendo que desnudarse frente a extraños por dinero. Se sentía un poco dolido por el rechazo de la otra noche, por cómo había pasado de él pero a la vez, se sentía bien al saber que ese chico no se vendía por sexo.

Cuando entró por el local, no pudo evitar fijar sus ojos en él. Aomine como siempre, buscaba a algún camarero para pedir una copa, hoy venía extrañamente contento y cuando lo encontró, detuvo su muñeca para pedir. El camarero iba a marcharse a por el pedido de Aomine cuando Kagami también le retuvo sacando un par de billetes de su cartera e indicándole con la mano hacia el chico de la plataforma.

- Dile a tu jefe que venga a hablarme. Quiero hacer un trato por ese chico de ahí – comentó.

El camarero miró primero aquellos dos dedos que cogían los billetes y luego observó la dirección del dedo hasta que sus ojos se fijaron en el bailarín. Una sonrisa salió de sus labios segundos antes de coger los billetes y acercarse al oído de Kagami.

- Enseguida saldrá – sonrió el camarero guardándose bien el dinero.

Aomine sonrió sin poder evitarlo. Era la primera vez que veía a su compañero pedir algo como aquello, ese chico le había dado fuerte. Quizá sólo era una obsesión pasajera, cuando lo tuviera se cansaría de él y buscaría a otro, quién sabía.

Mi vida secreta como striper (Kuroko no basuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora